Con la llegada de la primavera, el aumento de polen en el aire provoca que muchas personas sufran los efectos de las alergias estacionales. Estornudos, congestión y picor en los ojos son algunos de los síntomas más comunes. Sin embargo, su parecido con los síntomas de un resfriado puede llevar a la confusión.
Ambas afecciones comparten signos como el goteo nasal, los estornudos y la congestión, pero existen diferencias clave que permiten distinguirlas. La Mayo Clinic señala que las alergias estacionales rara vez provocan fiebre, dolor de garganta o tos con mucosidad, algo frecuente en los resfriados causados por infecciones virales.
Síntomas típicos de una alergia estacional:
Mucosidad clara y líquida.
Picor intenso en nariz y ojos.
Lagrimeo frecuente.
Estornudos en salvas (varios seguidos).
No produce fiebre.
Tos seca ocasional.
Inicio rápido de los síntomas, que pueden variar día a día.
Puede durar semanas o incluso meses.
Síntomas habituales de un resfriado común:
Mucosidad espesa, a veces de color amarillento o verdoso.
Picor leve o inexistente.
Ausencia de lagrimeo.
Estornudos más esporádicos.
Posible fiebre y malestar general.
Dolor de garganta y/o de oídos.
Tos con mucosidad.
Inicio progresivo de los síntomas.
Suele remitir en una semana, aunque la tos puede alargarse hasta dos.
Desde Quirón Salud recomiendan observar la duración y la forma de aparición de los síntomas. Mientras que las alergias aparecen de forma súbita y prolongada, los resfriados tienen un inicio más paulatino y una duración limitada.
En caso de duda o si los síntomas persisten, lo más adecuado es consultar con un profesional médico para recibir el tratamiento más adecuado, ya sea antihistamínico o antiviral.