
Más de un millón y medio de personas sufren migraña crónica: dolor de cabeza durante más de 15 días al mes.
Los neurólogos han buscado distintas fórmulas más allá del tratamiento con analgésicos. Uno de los más avanzados es el uso del bótox para reducir en un 70% este dolor.
La toxina botulínica es eficaz, no tiene los efectos secundarios que muestran los fármacos orales y los pacientes la toleran muy bien.
Hoy se demuestra que su eficacia es superior al 70%. Depende de cada persona y algunas deben continuar ingiriendo los fármacos orales o los anticuerpos monoclonales. Los expertos inyectan, en un proceso rápido, la toxina en 31 puntos de la cabeza. Si funciona, los pacientes deben volver a la consulta para repetir el tratamiento a los y tres y a los seis meses.
La efectividad está demostrada y se puede mejorar incluyendo algunas recomendaciones, entre ellas: hábitos de vida saludables como ejercicio físico y dieta equilibrada.