Vivir en una chabola por 350 euros: la historia de José, un mendigo de 92 años

photo_camera José, en su habitación | Foto: Santiago Barba

Rodeado de periódicos, basura y un intenso olor a orina. Así vive José, un anciano de 92 años popularmente conocido como "El Chata" que acostumbra a estar tumbado en la puerta del banco de España, o a andar entre contenedores en busca de algo de utilidad o que llevarse a la boca.

No tiene más calefacción que un viejo brasero que utiliza para calentar la comida, susceptible de acabar provocando un incendio en cualquier instante, dos animales de granja viven en el patio interior de la vivienda, y apenas puede disfrutar de electricidad, ya que la mujer que le alquila la habitación limita el uso de la corriente. Todo por un precio de 350 euros al mes, cuando no más, casi la totalidad de su pensión. Así se lo ha contado a Zamora News Santiago Barba, vecino del inmueble en la calle Francisco Pizarro, que descubrió las condiciones de vida de este hombre cuando se ofreció a arreglar el timbre y la luz del portal a la arrendataria, de nacionalidad extranjera.

José estuvo casado una vez, pero no tiene hijos. Anteriormente los Servicios Sociales se hicieron cargo de él, pero su voluntad siempre ha sido la de no estar en ninguna residencia para mayores, como él mismo asegura tras su estancia en 4 de estas instituciones: "Allí la gente está trastornada. Hay gente que no, pero la mayoría están trastornados. Insultan a todo el mundo. Andan con las sillas de ruedas y se atascan como los coches". "Aquí con el brasero se está bien, aunque la mayoría del tiempo la corriente está apagada".

José resulta ser un amante de la música tradicional y estar en un estado cabal pese a su forma de vida y su avanzada edad, pero según nos cuenta este vecino "se encuentra falto de compañía y afecto" y debería recibir cuidados profesionales, ya que las condiciones en las que vive son completamente insalubres, con una casa plagada de desperfectos, además de estar llena de candados para que nadie pueda acceder a las diferentes estancias de la misma. Por otro lado la mujer con la que vive José apenas le presa atención y se dedica a pedir en la puerta de un supermercado.

Por ello este vecino se ha puesto en contacto con la fiscalía para aportar pruebas de la situación de este anciano y al menos conseguir, como ha declarado a este periódico, que pueda ser incluido en un programa de Navidad para pasar el invierno en un lugar con calefacción. "Estoy cansado, muy cansado y dolido de que le chupen la pensión a este señor para que viva abandonado en una 'casa-cuadra' llena de candados y suciedad". "Este negocio tiene que terminar".

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