En lo que respecta a los vehículos, está claro que los autónomos representan la próxima revolución en la conducción que está transformando la forma en que interactuamos con ellos. Si buscas alguna oferta de coches nuevos, esto te interesará.
Decimos esto porque probablemente alguna de las marcas y modelos en los que te estás fijando ya favorecen en algún grado una conducción autónoma. Si bien la mayoría de nosotros aún no tenemos acceso a una conducción autónoma total, si poco a poco estamos familiarizándonos con las ventajas y los beneficios que supone esta tecnología en comparación a los coches viejos.
De hecho, hasta finales del siglo pasado, la sola idea de que los automóviles pudieran conducirse por sí solos parecía más un guión pensado para una película de ciencia ficción que una realidad palpable. Pero los coches autónomos ya están aquí, entre nosotros.
Las tecnologías de los coches del futuro
Inteligencia Artificial
Si has probado la Inteligencia Artificial y su potencial en otros contextos, sabrás a la perfección lo que puede dar en los coches. Estamos ante una innovación casi sin precedentes, sistemas de inteligencia que pueden solucionar problemas como los humanos, aprendiendo de ellos a través del entrenamiento. Es decir, la conducción puede no sólo ser autónoma sino también "personalizable".
Hiperconectividad con IoT
Los coches, además de autónomos, deben estar conectados entre sí. De hecho, parte de la conducción autónoma realmente está basada en la hiperconectividad. La interacción entre las unidades será esencial para el éxito de los vehículos sin conductores. Asimismo, estarán conectados con infraestructuras de carreteras y equipos inteligentes dispuestos en entornos urbanos.
Para que todo esto sea posible, el Internet de las Cosas, o IoT por sus siglas en inglés, es una herramienta imprescindible.
Big Data
Otro instrumento indispensable es el Big Data, el análisis de datos a gran escala gracias y a partir de la recopilación de información. Estos análisis son fundamentales para optimizar la conducción autónoma, haciendo que el desplazamiento de cada coche sea ideal.
Smart Mobility y ciudades inteligentes
Por supuesto, todo esto tiene sentido únicamente en el contexto de las ciudades inteligentes. Es lo que se llama Smart Mobility. Mientras los coches autónomos inundan las calles, el transporte público y la accesibilidad deben permitir que haya una convivencia pacífica entre todas las partes involucradas. Eso hará que el movimiento de ciudadanos resulte fluido aún en los horarios de más tráfico. Todo ello, sin obviar que el transporte será más sostenible y por la electrificación y el aprovechamiento de los recursos.
Esto deja de manifiesto que los coches autónomos son una de las revoluciones más importantes para el transporte en un siglo, pero para que todo su potencial se desarrolle hará falta un compromiso de todas las partes involucradas. Lo que es evidente es que se seguirán adoptando a un ritmo acelerado porque presentan infinitas mejoras en comparación a los vehículos que aún usamos.