Las "Santas calles de Zamora" han dado al día de Navidad un verdadero pulmón de paseo, pero eso sí helado puesto que los 3°C han sido protagonistas en los termómetros. Zamora pasea llueva, nieve o haga un frío de no ver ni al grajo. Terrazas llenas y cafeterías junto con churrerías con cola en las puertas para hacer de ese momento "caliente" el mejor de todo el paseo.
Frío en las calles santas, Santa Clara, San Torcuato y San Andrés, también en las adyacentes a las del paseo principal y mucho paseante con ganas de bajar al opípara comida que aunque con menos personas en la mesa, este año ha vuelto a ser de las de mucha variedad y mucha cantidad y sobre todo porque se acostumbra a comer de más y las medidas para pocos comensales en Navidad no están previstas. Este año no había que aguantar hasta tarde para salir o para ir a la Misa del Gallo a las 12, este año ha sido de casa y más casa.
Hoy como de costumbre, con mascarilla que se agradece ante tanto frío que en la Plaza de Alemania mezclado con ese viento gélido da más que ganas de volverse a casa.
Churros y chocolate para los más atrevidos que tras la larga digestión y la pertinente siesta han dado paso al paseo de rigor de día de fiesta, de festivo en viernes de una atípica Navidad.
Los peques y sus nuevos patines además de sus bolsas cargadas de juguetes, también mandan en las aceras y los gorros bufandas y guantes que hoy se añadían a las mascarillas que ya son atuendo esencial en nuestros días era lo que podía verse en esta jornada de Navidad.
Zamora no pierde costumbres, pasea por las arterias principales de la ciudad, y se hace obligada la llegada hasta la Catedral y el casco antiguo, asomarse a los miradores eso si con cuidado porque el viento hoy era de "pelete".
Tarde de cafés, de quedadas, de amigos, eso sí con mucho tiento y visitas en la calle a los conocidos o allegados que tras las mascarillas muestran su Feliz Navidad o Felices Pascuas a todos.
Nosotros se los deseamos de corazón en un día de Navidad extraño, en el que el frío se mete en los huesos y deja las ganas de abrazar a los cercanos en casa.
Hoy los niños eran los que esperaban a Papá Noel, que ha llegado en todos los hogares, porque ellos han dado la verdadera lección de sentido de la responsabilidad, siguen siendo el ejemplo a seguir, y al menos eso ha cambiado porque los que han hecho los sordos a las recomendaciones posiblemente lo paguen más adelante.
Hoy el paseo por nuestras santas calles o calles santas ha sido comedido, echando de menos a cientos de amigos y familiares, pero el " hola" responsable, y el "cómo va todo" da lugar a mejorar ratios de contagio, o eso lo demuestran los datos, aunque siempre alertas puesto que el "bicho" sigue pululando y hasta que el martes no empiecen las vacunaciones, nadie sigue libre de pandemia.