No fueron muchos los paladares que pudieron degustar las delicias culinarias del chef ejecutivo de la Gorda pero la experiencia mereció la pena, la alta cocina junto con un producto de la tierra el aceite de Fermoselle se conjuraron la noceh del miércoles en la Flaca.
Con los responsables de la comercialización de la empresa Dueroliva como anfitriones comenzó una cena degustación que tuvo como protagonista al oro líquido que paren los olivos de Fermoselle y su entorno.
Aceite que más allá del alimento que representa y aporta un nutriente sano y saludable a dietas y a platos elaborado y que tienen una característica común, el buen sabor de un producto de primer orden calidad y que sale de olivas de nuestra provincia, este Douroliva ya pende del paraguas de alimento de la Biosfera y se comercializa con un marchamo de calidad que le aporta un valor añadido más a la dieta mediterránea.
El aceite de Douroliva marcaba cinco platos que tenían como principal ingrediente lógicamente el aceite de oliva de Fermoselle y el maridaje de los caldos toresanos que hicieron las delicias de los comensales. Un menú equilibrado y con un gran predominio de la exquisitez en todo lo degustado fue la característica común. Con las explicaciones entre plato y plato de como desde el origen se hacía este particular aceite elaborado con la variedad manzanilla como elemento crucial, se fueron encadenando los platos sugeridos por el chef. La historia de una empresa familiar daba pie al diálogo y a la charla distendida y amable aliñada con las anécdotas de la zona de Arribes y todo su entorno.
Arrancaba la cena con un aperitivo espectacular para entrar en materia: caviar de aceite de oliva para acompañar un carpaccio de gambas con una reducción de Pedro Ximénez el resultado plato vacío.
Para el entrante una tortita con foie y jalea de oliva, un plato sencillo pero una verdadera explosión de sabor en su interior, los comensales no dejaron nada en sus platos la cosa marchaba con la unánime opinión de todos.
Como pescado llegó un bacalao ahumado con mermelada de tomate albahaca y paté de aceitunas otro producto sublime de Douroliva que aderezaba perfectamente la composición y daba un toque de color y sabor intenso.
De salida tres tacos de costilla deshuesada con tres sabores, guindilla y su aceite, romero y su aceite y también con ajo. Sin objeción ninguna y con una ejecución digna de estrella Michelín.
Y ya para finalizar un postre controvertido y no por ello menos espectacular, una espuma de aceite con chocolate y una torta de anis.
En definitiva una cena para dar realce a un producto que nace y sale de Zamora que se empieza a conocer fuera y que los de dentro deberíamos tener en casa, ya que la relación calidad precio nada tiene que envidiar a aceites que con mucho nombre no llegan a la calidad de este oro líquido de Arribes un lugar donde el micro clima de la zona recuerda más al mediterráneo que a las frías e inhóspitas llanuras sayaguesas. El tándem la Flaca y la Gorda junto con Douroliva todo un placer, la compañía variopinta y más que agradable y lo de repetir, ya a la espera.