7 de cada 10 mujeres sénior en desempleo ha renunciado, en alguna ocasión, a su carrera profesional debido a responsabilidades familiares

El número de mujeres en riesgo de exclusión y/o pobreza alcanzó en 2022 el 27,2%, frente al 24,8% masculina

En términos absolutos, se contabilizan 805.209 mujeres más en esta situación

Aspirantes a una oferta de trabajo. Fotografía de archivo
photo_camera Aspirantes a una oferta de trabajo. Fotografía de archivo

Más de un tercio de las mujeres en activo (34%) ya supera los 50 años; sin embargo, el 82% de las desempleadas sénior siente discriminación en su acceso al mercado laboral. El 77,4% destaca que esta discriminación se ha producido en la entrevista de trabajo, donde se ha cuestionado su capacidad para manejar nuevas tecnologías, ser dirigida por líderes más jóvenes o la posible sobre cualificación. 

El Observatorio de la Vulnerabilidad de la Fundación Adecco ha presenta el 11º informe #EmpleoParaTodas, un trabajo que basa sus conclusiones en el análisis e interpretación de los resultados de la Encuesta de Población Activa del 4º Trimestre de 2023, junto a la consulta de otras fuentes de referencia, y una encuesta a 200 mujeres mayores de 50 años en riesgo de exclusión social.

Así se pone de relieve en dicho informe: en 2022 la tasa AROPE femenina (mujeres en riesgo de exclusión y/o pobreza) alcanzó el 27,2%, frente al 24,8% masculina. En términos absolutos, se contabilizan 805.209 mujeres más en esta situación (6.574.605 mujeres frente a 5.769.396 hombres). 

Tras estas cifras subyace una clave fundamental y es el rol que se asigna predominantemente a las mujeres en las responsabilidades familiares y tareas domésticas. Una distribución desigual que se refleja en las estadísticas, con datos contundentes: mientras un 27,9% de las mujeres no busca trabajo para dedicarse a las labores del hogar, solo un 6% de los hombres es inactivo por este motivo. En total, se contabilizan 2.838.000 mujeres inactivas por labores del hogar, frente a 446.000 hombres.

Al mismo tiempo, existen prejuicios y estereotipos que merman las oportunidades laborales de las mujeres y que se acentúan si coexisten otras realidades como la discapacidad, la maternidad en solitario o la violencia de género.

La edad, por otra parte, sigue perfilándose como uno de los grandes factores de discriminación de la mujer en el mundo laboral, que encuentra importantes dificultades de acceso al empleo a partir de los 45 años, y que se acentúan especialmente a partir de los 50. En los siguientes apartados desgranaremos los principales obstáculos y retos laborales que afronta la mujer sénior en el mundo del empleo.

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