Trump relanza la energía nuclear en EE.UU. usando el apagón de España como advertencia

El presidente firma decretos para multiplicar por cuatro la capacidad atómica hasta 2050
Donald Trump
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La Casa Blanca ha iniciado una ofensiva regulatoria para relanzar la energía nuclear como pilar de su estrategia energética. El presidente Donald Trump ha firmado este viernes una serie de decretos destinados a facilitar la expansión del sector atómico, que incluyen desde la simplificación de trámites administrativos hasta la rebaja de estándares de seguridad y la puesta en marcha de nuevos reactores experimentales.

Entre los argumentos esgrimidos por el mandatario para justificar este giro se encuentra el apagón que afectó recientemente a España y Portugal. Trump lo ha utilizado como ejemplo de los riesgos de una dependencia excesiva de fuentes renovables, en contraste con lo que define como una “energía fiable y constante”, como la nuclear. Este enfoque se alinea con el discurso de la actual Administración, que ha reducido los incentivos a las energías verdes y defendido fuentes como el carbón y el petróleo, pese a los niveles históricos de producción y bajos precios del combustible en el país.

El objetivo anunciado es ambicioso: multiplicar por cuatro la capacidad de generación nuclear de Estados Unidos en los próximos 25 años, pasando de cerca de 100 gigavatios actuales a 400 en 2050. Para lograrlo, los decretos firmados ordenan al Departamento de Energía priorizar el aumento inmediato de la potencia de los reactores existentes y facilitar la construcción de nuevos reactores de gran tamaño antes de 2030.

El paquete normativo otorga al secretario de Energía nuevas atribuciones para aprobar diseños y proyectos sin necesidad del visto bueno de la Comisión Reguladora Nuclear (NRC), agencia independiente que ha supervisado la industria durante medio siglo. Asimismo, se insta a este organismo a revisar sus protocolos, acelerar los plazos de aprobación y relajar los límites actuales de exposición a la radiación, considerados por la Casa Blanca como excesivamente estrictos.

Las órdenes también contemplan la puesta en marcha de tres reactores experimentales antes del 4 de julio de 2026 y un plan para alimentar con energía nuclear centros de datos de inteligencia artificial, que pasarán a considerarse infraestructuras críticas para la defensa nacional. La intención es desarrollar reactores avanzados que garanticen la autonomía energética de instalaciones estratégicas en un plazo máximo de 30 meses.

Actualmente, los 94 reactores operativos en Estados Unidos proporcionan aproximadamente un 19% del suministro eléctrico del país, frente al 60% procedente de combustibles fósiles y el 21% de las renovables. La nueva política, que se presenta como una vía hacia la independencia energética y el liderazgo industrial global, busca revertir la pérdida de competitividad frente a potencias como China o Rusia, que han incrementado sus inversiones en tecnología nuclear.

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