Largas colas de desesperados cafeteros en los lugares a la hora de culto para los que sin cafeína no pueden llevar más adelante la mañana, esta era la imagen de un día frío de niebla que deja paso a un fin de semana sin aliciente ni atracción de ese café a media tarde o de esa pinta o caña con las deseadas tapas del viernes por la noche.
Puestos de vending y cafeterías y bares que lo sirven para llevar están dando la vida a los cientos de zamoranos que no pueden vivir sin su café matutino. Las tapas del mediodía y las pulgas o pinchos de tortilla dejan paso a las maquinas de vending dentro de los centros oficiales o en alguna que otra empres que se apiadado de sus trabajadores.
El cigarrito ya no es lo mismo sin el café y el café sin el cigarro. El vaso de plástico ha sustituido al de cristal de ese café con leche de media mañana con el pincho que sabía a gloria. Son tiempos de pandemia de cierre y de toque de queda...y ahora que nos queda...
Como bien contaba Luis Pablos en la concentración del pasado jueves....Y mi café ¿"pa cuándo"?