El Domingo de Resurrección se cierra la Semana Santa; la alegría fruye por las calles, los disparos indican que la Virgen ya no está de luto y tras volver con su hijo a la Iglesia de la Horta, las familias se reúnen en casas y restaurantes para degustar este plato tan sencillo y tradicional de la Semana de Pasión zamorana.
Los ingredientes son de lo más simples:
• Dos huevos.
• Jamón.
• Buena compañía.
Y es que no hay mejor forma de celebrar el final de esta semana tan intensa que reunirse con esa gente tan merecedora de tu estima y disfrutar de este plato compuesto por dos huevos fritos y jamón serrano, en ocasiones acompañado por patatas fritas o cocidas, chorizo, tocino o beicon.
Es una forma de demostrar que muchas veces las mejores cosas residen en la sencillez y la buena compañía.