La actividad, enmarcada dentro de las fiestas de la localidad, reunió a decenas de vecinos y visitantes dispuestos a probar la experiencia de remar sobre las tranquilas aguas del Duero.
Niños y niñas de Villaralbo, además de familias enteras, se calzaron los chalecos salvavidas y empuñaron la pala para lanzarse a esta aventura acuática. La tarde, marcada por un calor intenso, no frenó las ganas de disfrutar de la actividad, en la que el buen ambiente y las risas fueron tan protagonistas como el propio río.
Monitores atentos y mucha diversión
Bajo la supervisión cercana y amistosa de los monitores del club, los participantes pudieron aprender los primeros movimientos con la piragua, perder el miedo y, en muchos casos, descubrir que este deporte engancha. Desde los más pequeños, que apenas podían contener la emoción, hasta los adultos que se animaron a probar “por si acaso todavía estaban a tiempo de aprender”, todos vivieron una experiencia única.
Un aperitivo para los días grandes
La cita fue, además, un nuevo impulso para el ambiente festivo que ya se respira en Villaralbo. Con las fiestas a punto de llegar a sus días grandes, esta actividad deportiva añadió un toque diferente y refrescante, mostrando que la celebración no solo se vive en las calles, sino también en el río que acompaña a la localidad.
El piragüismo volvió así a ser sinónimo de encuentro, deporte y diversión en Villaralbo, con un Duero que ayer no solo reflejaba el sol del verano, sino también las sonrisas de quienes lo disfrutaron desde dentro.
