Viaje espiritual a través de la música

photo_camera Schola Antiqua minutos antes del concierto, ensayando en la capilla del Cardenal

El prestigioso grupo Schola Antiqua abrió ayer el ciclo Domo Musical con una emotiva y brillante interpretación de la Misa de San Ildefonso que supuso la puesta en escena de una eucaristía.

Schola Antiqua abrió ayer el ciclo Domo Musical con un viaje en el tiempo a través de la música monódica y a dos voces de la Misa de San Ildefonso, cuyos textos y música proceden de un misal votivo de los siglos XIV y XV cuyo original se conserva en la Biblioteca Lázaro Galdiano de Madrid. Una misa compuesta o bien para la Catedral de Zamora o para la iglesia de San Ildefonso que incluyó el cántico eucarístico 'O Felix Zamora' y que supuso la puesta en escena de una eucaristía a través de la música, ayer más que nunca camino hacia Dios.

Por primera vez en las tres ediciones del ciclo el altar mayor fue el lugar elegido para el concierto con una nutrida presencia de público que, más que a un concierto, asistió a una intensa experiencia espiritual a través de las voces limpias de los cantores. La ocasión lo requería.

Alberto Martín, director de Domo Musical, ubicó a los presentes a través de la historia en las diferentes transformaciones sufridas por la cabecera principal de la seo, muy diferente en la actualidad a la primigenia románica de tres naves y que sufrió su primera transformación en el siglo XV. A un lado, la Virgen de la Calva; al otro, el Cristo de la Catedral o de la Cruz de Carne, a cuyos pies queda depositada la devoción secular de los zamoranos.

Un silencio sepulcral, de profundo recogimiento -sólo interrumpido por el sonido de algunos inoportunos móviles, cuyo apagado corresponde a la responsabilidad de cada asistente, no a la organización-, presidió toda la celebración, que comenzó con una sorpresiva procesión mientra los miembros de Schola Antiqua avanzaban desde el Trascoro, a través del interior del coro, hacia la capilla mayor, el lugar de las grandes solemnidades, con una letanía a la Virgen que resonaba en las bóvedas y dejó al descubierto la maravillosa sonoridad del templo catedralicio, que cada año en el mes de julio se convierte en una pequeña y mágica caja de música.

Ante las imágenes de los Patronos Ildefonso y Atilano, la formación interpretó las distintas partes de la misa, alternando el canto solista en las lecturas, antífonas y el Evangelio, mientras el director de Schola, Juan Carlos Asensio, junto a dos solistas ejercían de celebrante y diáconos.

Así, sus voces -afinadas, perfectamente ensambladas y empastadas, impecables en el fraseo, la expresión y los matices- desglosaron las distintas partes de la misa en lo que supuso un viaje en el tiempo y un viaje interior, la peregrinación espiritual a través de la música hacia Dios.

El concierto finalizó con un bis, el 'Indefonso recibe esta casulla', un canon a tres voces procedente de un libro de misas en honor a San Ildefonso de 1602 que ya apuntaba claramente a otro periodo musical distinto al habitual repertorio monódico y gregoriano de la formación, un auténtico lujo para los sentidos.

El ciclo continúa el próximo viernes 17 de julio con la gran soprano Raquel Andueza, quien interpretará un repetorio del barroco italiano.

El director, Alberto Martín, presenta el cicloPúblico asistentesPúblico asistentes

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