Ochenta años de poesía

photo_camera Un momento del recital de Jesús Hilario Tundidor que siguió a la conferencia de Fernando Primo

Una conferencia del catedrático de Literatura Fernando Primo y un recital del propio poeta, actos centrales del homenaje a Jesús Hilario Tundidor en su ochenta cumpleaños.

Ochenta años de poesía, toda una vida. Zamora rendía ayer un homenaje a su poeta, Jesús Hilario Tundidor, con una exposición sobre su vida y obra en La Alhóndiga, en cuyo salón de actos ha tenido lugar una conferencia del catedrático de Literatura Fernando Primo a la que ha seguido un recital del poeta. Una cena en el NH ha puesto punto final a una jornada de reconocimiento a una de las voces más importantes de la poesía de la segunda mitad del siglo XX.

Libros, viejas páginas de los periódicos...toda una vida condensada en unas vitrinas que resumen la obra poética de Jesús Hilario Tundidor, el poeta que hace 80 años veía la luz primera en Zamora, su tierra, la que siempre le ha acompañado en sus versos. Fernando Primo, estudioso de su obra y amigo personal del poeta, glosaba ochenta años entregados a la poesía de una de las voces más importantes del país.

En primera fila Chari, su inseparable compañera de vida, acompañada por otros familiares que quisieron arropar al poeta en un cumpleaños especial que viene a sumarse al reconocimiento inmortalizado en bronce de ponerle  la plazuela en la que vivió el poeta su propio nombre.

Entre el público, amigos de infancia y juventud como Tomás Crespo, Antonio Pedrero o el también catedrático de Literatura José Ignacio Primo. Y el poeta Ángel Fernández Benéitez, de palabra luminosa y sobria, siempre valiente y brillante; Ricardo Prieto, el pensamiento maduro; la siempre inquieta Concha Pelayo; Amparo, la viuda y custodia de la memoria de Ignacio Sardá; además del arquitecto Francisco Somoza y los concejales de la nueva Corporación Municipal Manuel Alexander (IU), y Francisco José Requejo y María de los Reyes Merchán (Ciudadanos).

En el aire, sobrevolándolo todo y a todos, la voz rota del poeta, el verso más puro en su garganta quebrada. Jesús Hilario recitando sus versos viejos y nuevos, su poesía sin tiempo, y avanzando lo que será su próximo libro de título aún no definido, 'Felicia' o 'Buscar en la ciudad'. Desde la emoción por el reencuentro con la tierra y los amigos, desde el altozano de ochenta años vividos con intensidad.

Cerró el acto la concejala María Eugenia Cabezas, a quien Fernando Primo (impulsor del homenaje) le pidió, como representante de la nueva Corporación Municipal, apoyo para las letras y el mundo de la cultura en general, a la vez que agradeció la sensibilidad y colaboración del equipo saliente con el acto celebrado ayer, que supuso la crónica del recorrido vital del poeta.

La jornada finalizó con una cena en el hotel NH en la intimidad y el calor de los amigos, donde le fue entregado a Jesús Hilario Tundidor un dibujo del pintor Antonio Pedrero, compañero de tantas cosas, en recuerdo de sus primeros ochenta años de vida.

En la copa, en el brindis, el deseo de otros ochenta más.

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