Alejandro Talavante firma dos buenas faenas que empaña con el uso de la espada.
Morante de la Puebla y Miguel Ángel Perera se llevaron una oreja a su esportón en la segunda de la feria de San Pedro, en la que se ha lidiado un encierro del Puerto de San Lorenzo parejo de hechuras y de buena presentación. Aunque no tocó pelo Alejandro Talavante, el pacense dejó en el ruedo su impronta de figura en dos faenas que empañó con la espada.
Con los tendidos de sol casi vacíos, en los que se notaba la ausencia de las peñas y el exceso de calor, y con veinticinco minutos de retraso sobre la hora de inicio de la corrida, asomaba por chiqueros el que abría plaza. Era un toro flojo que perdió las manos ya de salida y que se quería ir, con el que el de la Puebla lo intentó en el tercio dejando destellos aislados de su toreo de oro con muletazos de buen trazo, sin posibilidad de redondear la faena.
Con su segundo el de la Puebla pudo dejar un par de lances sueltos de capa, con un inicio meritorio por ambos pitones en una faena instrumentada sobre la mano diestra en la que ligó tandas de mano baja al ralentí y algunos naturales de trazo impecable mientras la Banda del Maestro Nacor interpretaba 'La puerta grande'. Fue sin embargo una faena intermitente que no terminó de tomar altura, que remató con una estocada entera sin puntilla, algo defectuosa pero de efecto fulminante, lo que le sirvió para pasear la primera oreja de la tarde.
Una tarde que se prolongó inexplicablemente con el consiguiente enfado del respetable. Eran las ocho menos diez cuando salía el segundo -con gente aún accediendo a los tendidos-, con el que Perera dejó constancia de que el que es figura se lo gana a pulso, que nadie regala nada, dando una lección de técnica y mando. Recibió el extremeño a pies juntos en los medios a un toro bronco que no embestía, sino que pegaba topetazos, descompuesto y con la cara alta, y que derribó al caballo que guardaba la puerta. Un toro cabrón, dicho en cristiano, que le avisó varias veces por el pitón izquierdo y con el que Perera anduvo muy firme en los medios tapándolo mucho y exponiendo especialmente con la zurda hasta rubricar una faena de mucha importancia a base de aguantarle. Su fallo con los aceros diluyó lo que podría haber sido una oreja de peso que quedó en saludos.
El quinto, al que recogió en unas verónicas despaciosas, acabó vencido en la muleta poderosa de Perera, que inició la faena a pies juntos en el tercio y al que apretó mucho y le recetó la estocada de la feria, por lo que le fue concedida una oreja en reconocimiento al conjunto de su actuación.
Aunque no tocó pelo, Alejandro Talavante dejó también constancia del extraordinario toreo que atesora, firmando pasajes de gran altura con los dos de su lote que se malograron con el manejo de los aceros. Intentó parar a pies juntos sin mucho lucimiento a su primero, otro burráncano al que logró meter en la muleta con toques suaves y dándole la distancia justa, logrando una serie al natural rematada con un precioso cambio de manos que avivó los tendidos. Tras iniciar casi en los medios ligó buenas tandas por derecha, echándole abajo la muleta sin dejarle tocar, atemperando la embestida y llevándolo largo. Al extremeño se le fue la mano con la espada y perdió una oreja más que segura.
Con el que cerraba plaza destacó de capa, para iniciar la faena con un cambio por la espalda para bajar la mano y trazar con la zurda buenos naturales, gustando y gustándose con el toro más acometedor de la tarde en una faena que empañó con el mal uso de la espada.
FICHA DEL FESTEJO
Plaza de Toros de Zamora. Segunda de la Feria de San Pedro. Con dos tercios largos de entrada en tarde muy calurosa se han lidiado toros del Puerto de San Lorenzo de buena presentación y desigual juego, sosotes en general, broncos 2º y 3º. Morante de la Puebla, silencio tras aviso y oreja. Miguel Ángel Perera, ovación y oreja. Alejandro Talavante, ovación y ovación.
Saludaron en banderillas en el quinto Joselito Gutiérrez y Guillermo Barbero y Juan José Trujillo en el sexto.