El mundo de los playmobil, en este caso con una bella estampa rural, será el belén que decorará durante estas fiestas la entrada trasera del Museo Etnográfico, uniendo una tradición milenaria como la de los belenes con un juguete que ha ilusionado a tantos niños como los playmobil.
En la planta baja de una casa de un pueblo cualquiera nace el niño Jesús mientras, en la planta de arriba se cura la matanza. Mientras los pastores se acercan a adorar al nuevo niño, el trabajo en la granja no para y los caballos sirven para recoger al ganado, las gallinas ponen huevos y algún pastor tiene que ir a pastar con el rebaño. La vida de un pueblo zamorano cualquiera en el mundo playmobil.
Tras el éxito que el pasado año tuvo la ciudad de los playmobil en el Etnográfico, el museo ha decidido apostar por una idea semejante y ha llevado a los tradicionales juguetes a un mundo más cercano al que normalmente se puede ver allí, el del medio rural. Los playmóbil, pese a ser día "festivo" por el alumbramiento de un nuevo niño, no paran y siguen realizando las labores. Incluso, aunque en la tradición belenística tradicional no lo permite, se puede encontrar una pareja de pícaros en el pajar, ajenos a las miradas indiscretas de los visitantes que se acercan al Etnográfico.
