Almaraz de Duero es un pueblo cargado de historia y tradición, famoso por sus leyendas transmitidas de generación en generación. Entre ellas, destaca la del Puente de Malpique, una estructura de piedra que, según la tradición local, tiene un origen envuelto en lo místico y sobrenatural. Este viaducto, aún en pie, forma parte del imaginario colectivo de la región.
La leyenda relata que, en el siglo XV, un grupo de viajeros regresaba de Zamora cuando una violenta tormenta los sorprendió. Al llegar al arroyo Joyalada, se toparon con el cauce desbordado y la falta de un puente para cruzarlo. Desesperados y sin opciones al caer la noche, aceptaron una oferta del diablo: construiría un puente antes del amanecer si le entregaban al niño o niña más pequeño del grupo.
El pacto se cumplió, pero cuando la obra estuvo terminada y el día comenzaba a despuntar, un ángel apareció al oír el llanto de la niña ofrecida. Con un rayo, destruyó el puente y frustró al diablo, quien, furioso, abandonó el lugar gritando: “¡Estos son los Infiernos de Almaraz!”. Acto seguido, el ángel reconstruyó el puente en un instante, permitiendo que los viajeros cruzaran a salvo y regresaran a sus hogares.
Otra historia peculiar relacionada con Almaraz de Duero involucra a Marcos Ramos, un cabrero conocido por sus ingeniosas tácticas. Este hombre simulaba heridas cubriéndose con sangre de cabra y relataba que luchaba cada noche contra el diablo. Su estratagema atraía a curiosos desde Zamora, quienes acudían para presenciar sus supuestas hazañas heroicas.