La Alianza UPA-COAG ha levantado la voz frente a la crítica situación que enfrenta el sector ovino de carne en Castilla y León. A pesar de ser reconocidos productores de lechazos de alta calidad, los ganaderos regionales se ven abrumados por la avalancha de corderos franceses, lo que ha llevado a una caída en picada de los precios del prestigioso lechazo autonómico bajo la IGP Lechazo de Castilla y León.
Con más de 135.000 animales importados desde Francia y Portugal solo en el año 2023, según datos de la organización, la entrada masiva de productos extranjeros de inferior calidad ha provocado un impacto devastador en los precios locales y ha dificultado aún más la situación para los ganaderos de la región.
La edad promedio de los ganaderos de ovino de carne en la región supera los 55 años, y la difícil coyuntura que enfrenta el sector está impidiendo el relevo generacional, lo que resulta en una disminución progresiva de profesionales y en una mayor presencia de productos foráneos en el mercado español.
La producción de carne de ovino ha sufrido una reducción del 35% en los últimos cinco años, y la cabaña ganadera se ha reducido en más del 50% en la última década, todo debido a la falta de rentabilidad. La Alianza UPA-COAG insta a la Junta de Castilla y León a considerar este sector como prioritario y a emprender acciones concretas para su recuperación, en línea con los principios de sostenibilidad y desarrollo rural de la PAC.
Ante esta alarmante situación, la Alianza UPA-COAG hace un llamado urgente a las autoridades regionales para que tomen medidas concretas. Se requiere un plan de reestructuración específico que garantice la viabilidad económica de las explotaciones y la diferenciación clara en el mercado entre el producto local y el importado.