Ante el nuevo estado de alarma decretado por el Gobierno de Pedro Sánchez, el presidente de la Junta de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, ha comparecido esta noche para ratificar el toque de queda aprobado en Consejo de Gobierno del pasado viernes, que limita la movilidad en horario nocturno: de las 22 horas de la noche a las 6 de la mañana.
Aunque el mandatario regional aseguró que la comunidad está en "situación extrema", Mañueco renuncia a establecer un confinamiento perimetral en todo el territorio a pesar de que el estado de alarma le ofrece el instrumento jurídico para hacerlo.
Fernández Mañueco apuntó que Castilla y León registra una incidencia acumulada de 589 casos por cada 100.000 habitantes, una ocupación total de las UCIs del 70%, la mitad pacientes con COVID-19, más de 700 fallecidos desde el 1 de septiembre y un millar de contagios diarios.
El presidente autonómico reconoce que la evolución de la pandemia dirige a la comunidad a una "situación crítica" que "nos obliga a tomar medidas duras para frenarla".
Durante su comparecencia apeló a la "responsabilidad indivual" para contener el cornavirus y avisó que "actuaremos con firmeza para atajar las actuaciones incívicas que ponen en riesgo la salud de todos".