Desde su implementación el 10 de mayo de 2022, la Línea 024, un recurso vital del Ministerio de Sanidad para brindar apoyo y asesoramiento profesional frente a la conducta suicida, ha registrado un total de 260.033 llamadas en Castilla y León. Este servicio, diseñado para atender a personas afectadas y a sus familiares, ha derivado 12.846 de estas llamadas al servicio de emergencias 112, para proporcionar una asistencia urgente en situaciones de crisis. En total representa el 4,7% del global de llamadas recibidas.
Se trata del séptimo porcentaje más alto por detrás de Andalucía (19,3%), Comunidad de Madrid (17,5%), Cataluña (14,97%), Canarias (6,86%) y Galicia (5%). Por contra, Las ciudades autónomas de Ceuta, Melilla y Cantabria, por ese orden concentran el menor porcentaje, por debajo del 1%.
En cuanto al perfil de quienes han utilizado este recurso, las estadísticas revelan que las mujeres han realizado 101.915 llamadas, mientras que los hombres contabilizan 84.103. Respecto a la distribución por edades, se destaca que las personas entre 40 y 59 años son las que más han utilizado el servicio, con un total de 80.201 llamadas. Por el contrario, las llamadas de personas mayores de 80 años son las menos frecuentes, con solo 1.128 registradas.
A nivel nacional, el suicidio continúa siendo una preocupación importante en el ámbito de la salud pública. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en 2022 se produjeron 4.227 fallecimientos por esta causa en España, representando un incremento del 5,6% respecto al año anterior. En el contexto regional, Castilla y León ocupa el séptimo lugar en volumen de llamadas, con un 4,72% del total nacional, lo que equivale a 12.273 usuarios atendidos en la Línea 024.
Servicio
La Línea 024 es un servicio de atención telefónica y de chat especializado, bajo el lema ‘Llama a la vida’.
Su objetivo general es reducir el nivel de sufrimiento emocional y riesgo de conducta suicida de las personas usuarias.
Y sus objetivos específicos son visibilizar el suicidio en la población general, concienciar de la gravedad del problema y favorecer una mejor atención a esta temática a nivel comunitario; mejorar la información y orientación de las personas con alto nivel de sufrimiento emocional y riesgo de conducta suicida, así como de su entorno cercano, proporcionándoles herramientas y estrategias para generar conductas adaptativas y gestionar adecuadamente su sufrimiento emocional; facilitar la orientación, asistencia y acompañamiento psicosocial para la prevención de la conducta suicida; y fomentar un cambio positivo en las personas con riesgo de conducta suicida, permitiéndoles enfrentarse, con las herramientas adecuadas, a su situación vital.
