La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Isabel Blanco, estima que el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, y el exministro de Sanidad, Salvador Illa, tendrían que comparecer en la comisión de investigación que se ha abierto en las Cortes de Castilla y León sobre la gestión de las residencias de mayores durante la primera ola de la pandemia.
La consejera zamorana se ha mostrado dispuesta a comparecer "las veces que haga falta" para explicar su gestión, pero cree que tanto Iglesias como Illa deberían dar también explicaciones al formar parte del llamado mando único tras el decreto del estado de alarma.
Isabel Blanco considera que deberían explicar por qué no había EPIS en las residencias y la razón de órdenes contradictorias como la de incorporar a sus puestos de trabajo a los liberados sindicales, para después "anularla", aunque había falta de personal.
La titular de la Consejería de Familia, que recaló en Zamora para presentar el proyecto de una nueva residencia para dependientes, volvió a defender su gestión y aseguró que "los mayores estuvieron atendidos en todo momento". Añadió que hasta junio de 2020 se trasladaron de residencias a hospitales "a 5.000 ancianos" en toda Castilla y León y criticó a la oposición por utilizar el "dolor ajeno" con fines partidistas.
Blanco recalcó que los mayores eran trasladados o no a los hospitales "siempre siguiendo criterios médicos" y apostilló que si el Gobierno de España hubiera avisado de la pandemia una semana antes para aislar las residencias "se hubiera rebajado un 80% los contagios y se hubieran evitado un 70% de las muertes, según estudios avalados con datos". Reconoce que "la situación nos desbordó", pero afirmó que hay que "poner las cosas en su contexto", ya que solo ha habido quejas de familias de 39 residentes de un total de 42.000. Recordó, además, que las denuncias interpuestas en la Fiscalía por la mala gestión han sido desestimadas o archivadas.
Respecto al informe del Procurador del Común sobre la gestión en las residencias, la zamorana señaló que se trata "más de percepciones que de datos".
