Esta oruga, que suele desplazarse en hileras, como si se tratara de una procesión (de ahí el nombre) se puede encontrar cerca de los pinos, donde instalan sus ‘bolsones’ (similares a una bolsa de algodón), lugar donde se desarrollan las larvas
Su forma de arrastrarse por el suelo en busca de brotes tiernos y formando esas llamativas procesiones es lo que llama peligrosamente la atención de niños y mascotas, que se acercan para tocarlas.
La presencia de la ‘procesionaria’ se hace especialmente intensa durante la primavera y a día de hoy sus ‘bolsones’ son visibles en los árboles.
En el caso de los niños, el contacto puede producir desde urticarias a reacciones alérgicas. Esta oruga es especialmente peligrosa para los animales de compañía, porque cuando se acercan a olisquearla ésta se protege lanzando sus tricomas (pelitos que se comportan como dardos llenos de sustancia urticante). El riesgo no está sólo en el intenso picor que producen, sino en que puede propiciar que se necrose la lengua del animal o la muerte por asfixia si dicha reacción afecta a la laringe
Por este motivo, desde el Consejo de Colegios Veterinarios de Castilla y León recuerdan que se acuda a los servicios médicos o veterinarios si se ha producido una reacción de relevancia en personas o mascotas.