jueves. 28.03.2024
Campo en Zamora
Campo en Zamora

COAG ha calculado el sobreprecio que tendrían que pagar los agricultores de Castilla y León por fertilizar con abonos nitrogenados los cultivos de la campaña de primavera, en la que estamos inmersos, y la cifra marea: 325 millones de euros más que el año pasado. Y sin incluir en el cómputo el coste del abonado de fondo.  Lo normal es pensar que la factura no alcanzará finalmente ese desorbitado importe porque muchos agricultores reducirán sustancialmente las dosis de abonado o, directamente, no abonarán, o bien cambiarán hacia cultivos con menores exigencias de fertilización. Una reducción que podría alcanzar, según algunas estimaciones, hasta el treinta por ciento, por lo que el sobrecoste podría llegar a los doscientos veinticinco millones de euros.

Y como las causas que han disparado los precios de los fertilizantes afectan también a los demás inputs del campo, los campesinos tendrán que afrontar, además en estas fechas, subidas superiores a un 75 por ciento por el precio del gasóleo, y del 40 por ciento de los piensos.

COAG ha analizado los mercados de los 4 pilares básicos de la producción agroalimentaria, esto es, gasóleo, piensos, fertilizantes y electricidad, y ha constatado, sobre el propio terreno, que el incremento de los precios ya ha entrado en fase crítica (“El campo está en la UVI”, afirma la organización agraria) y que tales precios aún no se han detenido.

El campo de Castilla y León está centrado estos días en el abono de los cultivos de temporada: regadíos, hortalizas, remolacha, patata, maíz, etcétera. Pues bien, la factura que tendrán que pagar los agricultores por dispensar los fertilizantes nitrogenados, que son los que tocan ahora, va a distar mucho, por arriba, de la que arrostraron en 2021. El nitrato ha subido de 235 € la tonelada a 700, el nitrosulfato se ha disparado hasta los 725 € por tonelada desde los 260 que costaba el año pasado, y la urea, que es la estrella de las materias primas en la elaboración de los fertilizantes, salta desde los 320 € que costaba el día 4 de marzo de 2021 hasta los 950 € hoy. Los datos han sido recopilados por COAG en los mercados.

Castilla y León, que es la primera potencia nacional en consumo de abonos, compra cada año una media de 1,3 millones de toneladas, cantidad por la que pagan nuestros agricultores 411 millones de euros de media, según datos combinados de la Asociación Nacional de Fabricantes de Fertilizantes (ANFFE) y de la propia Consejería de Agricultura.  La inversión en nitrogenados, un 40 por ciento del total es, en un año normal, de 165 millones de euros. Pero 2022 no es un año normal; si lo fuera y se abonara como en años anteriores, la factura se dispararía un 300 por cien hasta los 490 millones de euros, 325 millones de euros más.

Pero no es solo ésta la preocupación de los profesionales del campo respecto a los fertilizantes. Aparte del precio, existen muchísimas dudas sobre la disponibilidad para la próxima campaña como consecuencia del cierre de fábricas por el coste de la energía, así como por el desabastecimiento de las materias primas por la guerra que afecta a las principales potencias exportadoras de las mismas. En este sentido, desde COAG urgimos al gobierno nacional y a la UE para que, al igual que están buscando fuentes alternativas de gas y petróleo, busquen también otros mercados en los que abastecernos de materias primas para la fabricación de fertilizantes, porque la producción de alimentos, cuestión estratégica fundamental para nuestro país, es muy dependiente de este factor.

Otro insumo básico, el gasóleo B, también encumbra sus precios en lo mas alto de las tablas. En mayo de 2021, el litro de gasóleo B estaba a 0,873 €, en España y a 0,848 € en Castilla y León. En mayo de 2022, la primera cantidad asciende a 1,494 € y la segunda, a 1,505 €. El incremento es de un 71,12 % en España y de un 77,48 % en CYL.

Los piensos, que han añadido al desajuste del mercado oferta/demanda por el confinamiento, a la crisis de las materias primas, a los fenómenos atmosféricos, a la crisis del transporte, a la crisis logística, a la crisis de las energías, a todo anterior, la guerra de Rusia contra Ucrania,  se han disparado un 42 por ciento la tonelada los de cerdo de cebo, de 310 euros a 443 entre marzo del 21 y marzo del 22; un 42 por ciento también los de terneros en el mismo periodo, de 301 a 429; un 39 por ciento los de vacuno de leche, de 282 a 392 euros; y un 34 por ciento los de ovino de leche, de 215 a 289 euros la tonelada. Por citar solo un abanico.

Así ha sido porque las materias primas para la elaboración de estos nutrientes han escalado igualmente un 54 % el maíz, un 57 % el trigo, un 66 % la cebada y un 31 % por ciento la soja.

La electricidad, sin embargo, se modera. El precio del megavatio pasó de 283 euros en marzo de este año a 191 euros en abril. No obstante, los agricultores y los ganaderos han tenido que soportar subidas interanuales de un 523 por ciento. El precio del megavatio en marzo de 2021 estaba a unos envidiables 45 euros.

La tendencia de este input es a la baja y a la normalización, tras la aprobación comunitaria de la propuesta ibérica de topar el gas para la generación de electricidad, será la tónica dominante lejos de las sierras que dibujaban las facturas en los últimos meses.

COAG denuncia que los agricultores de la región pagarán 225 millones de euros más que...