El Plan, aprobado durante la reunión del Consejo de Gobierno y alineado con la Ley de Servicios Sociales de Castilla y León, establece los ejes prioritarios, líneas estratégicas y directrices para los próximos cuatro años, con el firme propósito de mejorar la atención a las personas más vulnerables y dar continuidad a los avances iniciados durante la presente legislatura.
Entre sus objetivos principales se encuentran: combatir la soledad no deseada, reforzar los cuidados a domicilio para personas dependientes o con discapacidad, luchar contra la pobreza y sus efectos intergeneracionales y abordar las adicciones sin sustancia, como el uso abusivo de pantallas entre jóvenes. De forma transversal, el Plan refuerza la innovación tecnológica en los servicios sociales y promueve la formación continua de los profesionales del sector.
El documento establece una doble estrategia: por un lado, consolidar la red universal de servicios sociales, integrando recursos, programas, equipamientos y prestaciones; y, por otro, actualizar el sistema para responder a los retos emergentes de la sociedad actual. La Administración autonómica lidera el proceso, pero el Plan requiere la colaboración de corporaciones locales y entidades del Tercer Sector.
La estructura del Plan se organiza en cuatro grandes ejes sectoriales, con un total de 116 actuaciones previstas:
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Mejora general del sistema de Servicios Sociales – presupuestado con 3,7 millones de euros.
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Autonomía personal y cuidados de larga duración – con el mayor presupuesto, 146,7 millones.
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Inclusión social, lucha contra la violencia de género y pobreza – más de 28,6 millones.
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Familia, conciliación y protección a la infancia – casi 72 millones de euros.
Según la Consejería de Familia e Igualdad de Oportunidades, el Plan busca servicios sociales universales, innovadores y basados en conocimiento inteligente, garantizando que todas las administraciones y entidades implicadas trabajen de manera coordinada y eficiente en beneficio de la ciudadanía.
