Hubo que sufrir, y mucho. Está acostumbrado el equipo zamorano en este 2016 en el que se ha abonado a la épica, a los finales de infarto y a acabar, casi siempre, festejando la victoria. Esta vez le tocó ponerse en el papel de víctima de un Barcelona "B" repleto de calidad que mandó en el partido bien entrada la segunda parte pero que acabó sucumbiendo ante la experiencia de los pistacho.
Fue un partido complicado, como lo son casi todos fuera de casa en esta División de Plata tan dura. Fue un partido complicado ante uno de los conjuntos con mayor calidad, un filial blaugrana llamado a servir de jugadores de calidad al primer equipo y a toda la Asobal.
Los zamoranos jugaron un buen primer tiempo, comandados como siempre por Octavio y por Alberto Molina, que empieza a sentirse cada día más cómodo a los mandos de la nave pistacho, encontrando en el extremo a Peli, que se fue al tiempo de asueto con seis tantos. Mandaban los zamoranos por un gol en el descanso, obra este último de Carletes, que acabó con tres goles, su mejor marca del año.
Sin embargo, en el segundo tiempo, en un partido distinto al que nos tiene acostumbrado el conjunto zamorano, con muchos goles, el Barcelona "B" empezó a sentirse más cómodo hasta darle la vuelta al marcador y llegar a dejar a los zamoranos a tres goles cuando restaban quince minutos de partido.
Fue encontes cuando los pistacho, además de a su buen balonmano, se encomendaron a las ganas de seguir triunfando en canchas complicadas y a la experiencia de un conjunto que ya tiene muchas batallas juntos. El muro zamorano empezó a funcionar desde el 6-0 y acabó en la portería, con un Leo Maciel que acabó el partido haciendo sus mejores números.
Adelante, los zamoranos consiguieron refrendar el trabajo defensivo y seguir anotando, con mayor dificultad, pero con más continuidad que un Barcelona "B" que pagó cara su juventud en momentos puntuales y que acabó viendo como una victoria que saboreaban, pasaba a manos de los Guerreros de Viriato.