En el Ángel Nieto se respira algo más que pasión por el balonmano. Se siente en el ambiente, en cada pase y en cada grito de la grada. Hugo Rodríguez, el pivote del BM Zamora, lo vive en primera persona y no esconde la emoción que le genera defender la camiseta pistacho ante su afición. “Jugar aquí es una pasada, es otro mundo”, confiesa con una sonrisa que delata el buen momento que atraviesa el equipo.
Tras una actuación destacada en su último duelo contra Valladolid, donde Rodríguez brilló en ataque, el desafío vuelve a asomar con otro partido que promete ser de alto voltaje. Sin embargo, el jugador mantiene los pies en el suelo: “No sé si podré mantener ese nivel, dependerá de cómo se desarrolle el partido. Yo siempre intento dar lo mejor”. La humildad del pivote contrasta con su determinación en la pista, donde se ha convertido en una pieza clave del esquema de Félix Mojón.
El próximo rival, aunque lejos de los primeros puestos, no es un obstáculo menor. “No hay que dejarse nada en el tintero”, advierte Rodríguez. El equipo contrario sigue “dando guerra”, y en una liga tan exigente, cualquier despiste puede costar caro.
Pero más allá de los rivales, lo que ilusiona en Zamora es la evolución del propio equipo. “Estamos llegando al juego que queríamos desde hace tiempo”, reconoce Rodríguez. La mano del técnico se nota en cada partido, con una defensa cada vez más sólida y un ataque que empieza a soltarse con mayor fluidez. El último encuentro dejó buenas sensaciones: “Nos dieron más libertad, tuvimos más opciones y jugamos muy a gusto”.
Ahora, el BM Zamora encara dos partidos consecutivos en casa, un regalo para Rodríguez, que aún se maravilla del ambiente en el Ángel Nieto. Lejos quedan los días en Oviedo, cuando apenas se reunían familiares en la grada. “Aquí es diferente. La gente anima, te lleva volando durante todo el partido”, explica.
En el horizonte, la fase de ascenso aparece cada vez más cerca. Aunque el vestuario intenta mantener la calma, es inevitable mirar de reojo la clasificación. “Sabemos que estamos cerca, si no clasificados ya. Pero no podemos confiarnos”, asegura. El mensaje del técnico es claro: paso a paso, partido a partido.