La cuenta atrás ha terminado. El BM Zamora ya tiene la mirada puesta en Córdoba, donde este fin de semana disputará la fase de ascenso. Tres partidos en tres días frente a Córdoba, Gáldar y Handbol Sant Cugat decidirán si el equipo zamorano consigue dar el ansiado salto de categoría. La ilusión, la experiencia y el trabajo acumulado durante toda la temporada son las principales armas del equipo pistacho para afrontar este reto.
Con la plantilla al completo salvo una única baja, el grupo viaja con la seguridad de haber cumplido con creces durante el año. Su presidente, Iñaki Gómez, ha querido poner en valor todo el esfuerzo realizado "tanto por los jugadores como por el cuerpo técnico", además de agradecer el respaldo institucional que ha permitido al club "soñar con metas mayores". También ha tenido palabras de cariño para la afición, tanto la que acompañará al equipo en Córdoba como la que lo seguirá desde Zamora, donde se habilitará una fan zone en la plaza de los Ciento.
El entrenador, Félix Mojón, advierte del equilibrio existente entre los cuatro contendientes del grupo. “Estamos todos al 25%. No hay un favorito claro y cualquier detalle puede inclinar la balanza”, explicó. El equipo zamorano debutará frente al conjunto anfitrión, lo que, según el técnico, podría suponer una ventaja emocional si saben gestionar la presión que pesa sobre los locales.
En el vestuario, la mezcla de juventud y veteranía ha creado un clima de confianza. Jugadores como Sergio, con solo 16 años, conviven con referentes como Jortos, conocedores de lo que supone jugarse una temporada en tres partidos. Precisamente Jortos ha querido enviar un mensaje claro a los más jóvenes: “No hay que inventar nada. Hay que hacer lo que sabemos, sin nervios ni prisas”. Una filosofía que comparten también otros veteranos como Pipe García, quien aporta su experiencia internacional y su templanza para mantener la calma en momentos clave.