El CB Zamora rozó la épica este fin de semana en un emocionante encuentro frente al Fuenlabrada, en el que terminó cayendo por la mínima en un final de infarto. El equipo dirigido por Saulo Hernández firmó un partido muy serio en casa y tuvo la oportunidad de llevarse el triunfo con un lanzamiento de tres sobre la bocina que no entró por escasos centímetros.
El choque estuvo marcado por una igualdad constante durante los cuarenta minutos. Ambos equipos calcaban prácticamente sus porcentajes de tiro interior, con un idéntico 17 de 35 en lanzamientos de dos puntos (48,6 %). Sin embargo, el factor decisivo del partido se encontró en el perímetro: el Fuenlabrada mostró un acierto demoledor desde la línea de 6,75, anotando la mitad de sus puntos desde el triple, con un formidable 48 % de efectividad.
A pesar del arsenal exterior de los visitantes, el CB Zamora no perdió la cara al partido en ningún momento. Supo responder con defensa, intensidad y ritmo ofensivo, manteniéndose siempre dentro del marcador y creyendo en la victoria hasta el último suspiro.
Con el tiempo prácticamente agotado, los zamoranos tuvieron en sus manos un triple que habría desatado la locura en el Ángel Nieto. La pelota salió bien dirigida, pero no quiso entrar. El gesto de rabia contenida de los jugadores zamoranos al sonar la bocina fue el reflejo de una derrota dolorosa, pero también digna.
El CB Zamora sigue demostrando que puede competir con cualquiera, incluso con un histórico como el Fuenlabrada. A pesar del sabor amargo del resultado, el equipo dio muestras de solidez, madurez y carácter, virtudes que, sin duda, serán claves para el resto de la temporada.