El CB Zamora afronta su último partido del curso sin nada en juego a nivel clasificatorio, pero con un mensaje claro desde su banquillo: compromiso hasta el final. Saulo Hernández, técnico del equipo zamorano, ha recalcado que el objetivo principal en la visita a Oviedo es “respetar el trabajo de muchos meses, la camiseta, al club y a la afición”.
En una semana atípica marcada por la ausencia de presión competitiva, el entrenador ha compartido la sensación de extrañeza que se vive en el vestuario: “Es rarísima. Ayer bromeaban los jugadores porque dimos tres días libres. En 15 años nunca habíamos dado sábado, domingo y lunes sin entrenar”. Aun así, valoró positivamente este respiro como un merecido premio para un grupo que “ha competido hasta la última jornada con nota”.
A nivel personal, Hernández reconoció que le preocupan dos cosas en este cierre de campaña: evitar lesiones y mantener el nivel de implicación. “Me dolería mucho que alguien se lesionara ahora. Y también me dolería no dar una imagen adecuada. No sé cuál será el resultado, pero estoy seguro de que vamos a poner todo el empeño”, señaló.
Respecto al rival, Oviedo, fue claro: “Es un equipo tremendamente competitivo, diferente al resto. Juegan con intensidad, cambios defensivos constantes y sin hombres altos. Siempre hacen que el rival se sienta incómodo”. Para sacar algo positivo del último desplazamiento, Hernández cree que “como mínimo” habrá que igualar su nivel de intensidad.