El CB Zamora ha certificado su permanencia matemática en su primera participación en la Primera FEB, una categoría que su técnico, Saulo Hernández, no dudó en calificar de "increíblemente complicada". La victoria, conseguida en una pista tan exigente como la del Tizona, representa algo más que un logro deportivo: es el reflejo del esfuerzo y la integridad de un grupo que ha crecido desde la humildad.
"Estoy increíblemente orgulloso y contento por mis jugadores", reconoció Hernández, recordando no solo los resultados, sino la manera en la que se han comportado "fuera y dentro de la pista". El entrenador zamorano destacó la dificultad de formar una plantilla inexperta, que se ha visto obligada a medirse a equipos con mayor recorrido y plantillas repletas de talento físico. "En el día más especial, hemos sabido soportar y aguantar los envites de un rival que roza, o incluso cruza, el límite de la agresividad", apuntó en referencia a un Tizona que lidera varias estadísticas ligueras.
Uno de los nombres propios de la jornada fue Zaid, a quien Hernández quiso dedicarle la victoria: "Ha aceptado su rol, ha soportado decisiones que seguro han sido injustas, y hoy ha mantenido al equipo durante gran parte del partido".
Más allá del análisis técnico, el entrenador del CB Zamora lanzó una reflexión profunda sobre el rumbo que está tomando el baloncesto actual. Hernández mostró su preocupación por el creciente nivel de contacto físico permitido en las competiciones, algo que, a su juicio, desvirtúa el espíritu del deporte: "Parece que buscamos el circo romano, que salgan a pegarse y además nos muestren su talento". El técnico zamorano pidió "dar un paso atrás" y proteger más al jugador, especialmente desde las categorías de formación.
La victoria tuvo además un componente emocional especial. "No es solo ganar, es emocionar a tu gente", confesó Hernández, recordando la ilusión desbordada que vive Zamora con el proyecto del CB Zamora en esta temporada histórica. "Conseguir que haya mucha gente ahora mismo más contenta que hace tres horas es fantástico. Y hacerlo con este grupo de jugadores me hace aún más feliz", aseguró.
Con la permanencia asegurada y habiendo sorprendido a toda la categoría, el CB Zamora sigue escribiendo una historia inolvidable para la ciudad y para su gente.