Jordan Walker sonríe, pero su discurso es firme. El base del CB Zamora hace balance de su primera campaña en el baloncesto español con una mezcla de autocrítica y agradecimiento. “Por supuesto que podría haberlo hecho mejor. Siempre hay espacio para mejorar”, reconoce. Sin embargo, matiza que se siente satisfecho: “Mucha gente no creía en nosotros y hemos demostrado de lo que somos capaces”.
Desde el principio, Walker asumió el reto de liderar al equipo en la pista. Aunque desde fuera muchos le han señalado como uno de los referentes, él prefiere medir su impacto en función del objetivo colectivo: “No me trajeron aquí por nada. Vine para ayudar al equipo y creo que eso es lo que ha pasado”.
Pese a la satisfacción por lo logrado, el base estadounidense deja claro que la ambición sigue intacta. “Disfrutamos lo que hemos conseguido, pero seguimos trabajando. No vamos a parar aquí”, insiste. Con dos partidos decisivos por delante, el vestuario mantiene la concentración: “Seguimos descubriendo nuestras debilidades y mejorando para acabar lo mejor posible”.
El futuro de Walker en Zamora aún no está decidido. Él jugador, que tiene ofertas sobre la mesa, evita dar una respuesta definitiva. Eso sí, lanza una promesa ilusionante: “Vamos a terminar la temporada, acabar lo mejor que podamos, y luego veremos qué pasa”.