La baja de Sabrina Cinili redujo la rotación naranja a siete jugadoras que aguantaron el ritmo a Uní Girona hasta casi todo el tercer cuarto cuando el cansancio fue apareciendo y las visitantes tomaron una importante ventaja.
El Zamarat empezó como un vendaval pero se fue apagando al contar sólo con siete jugadoras en el encuentro mientras que Girona, que fue claramente superado en los primeros minutos, fue aprovechando los errores locales y acabó venciendo fácil.
El primer cuarto fue de un gran acierto exterior y de una gran intensidad defensiva, consiguiendo dejar a Girona en nueve puntos. El huracán naranja volvía a sobrevolar el Ángel nieto y daba una lección de baloncesto. Siguió el buen acierto defensivo en el segundo periodo, pero la fortuna no acompañó a las de Lucas Fernández, que veían como Girona conseguía canastas en los últimos segundos o rebotes ofensivos que machacaban el buen hacer zamorano. Sin hacer excesivo ruido, Girona se metió en el partido e igualó el encuentro al descanso.
No se rindieron las de Lucas Fernández, que siguieron empujando y sin permitir que Girona se escapara. Las faltas obligaban a sentarse a Van den Adel, minimizando durante minutos la rotación; y Sofia Silva también se ponía con cuatro personales, por lo que durante algunos instantes Lucas sólo tuvo un quinteto posible en cancha.
El Zamarat parecía aguantar las últimas embestidas de las catalanas, pero dos acciones acertadas de las visitantes y el acuerto en el tiro del Zamarat permitieron a Girona la mayor renta del partido cuando acababa el tercer periodo, diez puntos.
Y así, en el último cuarto tuvo que bajar los brazos el Zamarat, no sin antes seguir peleando mientras veía como poco a poco se escapaba Girona y se llevaba un partido que fue más complicado de lo que refleja el marcador.