El CB Zamora se estrella en Torrelavega

El pabellón Vicente Trueba presenció esta noche la caída libre del CB Zamora
CB Zamora
photo_camera Ricardo Corpas, Alega Cantabria

El pabellón Vicente Trueba presenció esta noche la caída libre del CB Zamora, un equipo que empezó con la ilusión de sorprender a un rival como el Cantabria Baloncesto, pero que terminó mostrando su cara más vulnerable. Fue un partido con dos rostros, separados por un abismo llamado segundo cuarto, un parcial que bien podría ser recordado como el más desastroso de toda la temporada para los zamoranos.

El inicio del encuentro ofreció un espejismo de esperanza. El CB Zamora salió decidido, intenso y con las ideas claras. Zaid Hearst asumía responsabilidades en ataque, y la defensa, por momentos, lograba cerrar los espacios a un Cantabria sorprendido por la energía visitante. El marcador al cierre del primer cuarto (16-24) hacía soñar con una victoria que parecía al alcance, aunque nadie imaginaba lo que estaba por venir.

El segundo cuarto cambió la historia del partido. El CB Zamora, que había mostrado solidez en los primeros diez minutos, se desmoronó. Cada pase parecía una invitación al error, cada lanzamiento, un grito ahogado de frustración. Los tiros abiertos no entraban, las pérdidas se acumulaban, y la defensa se deshilachaba frente a un Cantabria que, sin ser espectacular, entendió que bastaba con aprovechar las concesiones del rival. El parcial de 29-11 fue un golpe directo al ánimo de los zamoranos, que ya no lograron reponerse.

Tras el descanso, el guion no cambió demasiado. El Cantabria, liderado por un soberbio Vega Marayo, dominaba el ritmo del juego y aumentaba su ventaja mientras los de Saulo Hernández parecían navegar sin rumbo. El CB Zamora, al que le faltaba acierto y carácter, veía cómo figuras clave como Jacob Round (2 puntos, 0 asistencias) o Kevin Buckingham (0 de 2 en triples) no encontraban su sitio en el partido. Solo Hearst, con 15 puntos y algo de presencia en el rebote, y Omar Lo, sólido bajo su propio aro, ofrecieron pequeños destellos en una noche demasiado gris.

El último cuarto sirvió para maquillar el marcador, pero no para cambiar las sensaciones. El CB Zamora mejoró tímidamente, llevándose ese parcial por 21-23, pero la diferencia ya era insalvable. El Cantabria, sin necesidad de exprimir su mejor versión, cerró el partido con solvencia para sumar una victoria cómoda y merecida.

Para el CB Zamora, esta derrota supone un nuevo aviso. La irregularidad en su juego y las desconexiones mentales empiezan a pesar en una temporada que se complica cada vez más. La próxima jornada será una prueba de carácter, pero anoche quedó claro que hay mucho por reconstruir. La historia de Torrelavega, con ese fatídico segundo cuarto como protagonista, será una lección dura pero necesaria para el equipo zamorano.

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