San Antonio y el Bollo Maimón vuelve a unir a Carbellino de Sayago en una jornada festiva repleta de tradición, devoción y juventud

Este año, las mayordomas Patricia y Sara fueron las encargadas de portar las varas de mando del Santo y de ofrecer, por la tarde, un convite que reunió a cientos de vecinos y visitantes
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El 14 de junio, Carbellino de Sayago vivió uno de sus días grandes con la celebración de San Antonio, una jornada marcada por la emoción, las tradiciones ancestrales y una participación vecinal que volvió a demostrar el arraigo de esta fiesta.

La jornada comenzó con la solemne misa oficiada por  Ángel Francisco Simón Piorno, obispo emérito de Chimbote (Perú), profundamente vinculado a Sayago y a Carbellino, que colaboró activamente en los actos religiosos, ayudado por el párroco titular de la Iglesia Héctor Galán.

Tras la misa, llegó uno de los momentos más esperados la procesión del Santo.

Ya por la tarde se hacía el Ofertorio y la tradicional Subasta de los Bollos Maimones. En un ambiente de júbilo y generosidad, Pedro Gordo volvió a ejercer de subastador, manteniendo viva una costumbre que hunde sus raíces en el alma popular. Algunos bollos alcanzaron cifras cercanas a los 200 euros, símbolo del cariño del pueblo por su patrón.

Este año, las mayordomas Patricia y Sara fueron las encargadas de portar las varas de mando del Santo y de ofrecer, por la tarde, un convite que reunió a cientos de vecinos y visitantes. Las calles del pueblo se llenaron de alegría, música y sabor, prolongando la fiesta hasta bien entrada la madrugada. Cabe destacar la numerosa presencia de gente joven, que demuestra que las nuevas generaciones continúan recogiendo el testigo de una fiesta que va más allá de la religión, convirtiéndose en un símbolo de identidad, unión y orgullo sayagués.

Carbellino se vistió de largo, y lo hizo con fuerza, entusiasmo y fe, honrando a San Antonio y reforzando, una vez más, los lazos de una comunidad que late al ritmo de sus tradiciones.

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