La protesta número 41 en los aledaños del Centro de Salud de Bermillo se han tornado aún más tristes este sábado. Las imágenes del fuego en Sierra de la Culebra han copado la mente de los vecinos presentes en la concentración sanitaria que desde el verano de 2021 se vienen sucediendo en el corazón de Sayago para reclamar mejorar asistenciales y la recuperación de todos los servicios prepandemia.
La voz de Pruden Garrote, portavoz de la Plataforma en Defensa de la Sanidad Pública de Sayago, se ha quebrado por momentos al recordar el horror que están viviendo los habitantes de los pueblos más cercanos a la Reserva Regional de Caza tanto de la comarca de Aliste como de La Carballeda. Un recuerdo que les ha valido para pedir unidad en la coordinación de los medios para sofocar el fuego y para evitar un nuevo desastre de dimensiones nunca vistas en la provincia en las últimas décadas.
Ese es el gran incendio que a día de hoy asola la provincia, si bien "el otro incendio" continúa presente, en forma de concentraciones semanales en buena parte de las comarcas de toda Zamora: las de las reclamaciones por una mejor atención sanitaria en las zonas rurales. Es el caso de Sayago, cuya plataforma ha reiterado que sólo con la prestación de los servicios básicos se puede tratar de frenar la sangría demográfica: Es imprescindible trabajar todo juntos, bien coordinados, para combatir este gran incendio que es la despoblación de Zamora".
La plataforma pide aparcar "disputas" y trabajar juntos para combatir la constante huida de los pueblos de quienes se ven incapaces de lidiar con los nuevos sistemas de la cita previa y la telemedicina. Empleando la terminología forestal como símil de lo que está ocurriendo a diario en buena parte de las Zonas Básicas de Salud de la provincia, Sayago clama que no se deje morir a la provincia, cuya riqueza reside en el medio rural: "Somos pocos los zamoranos que ya quedamos aquí. Hemos de cuidar nuestra joya de provincia, rebosante de naturaleza, de cultura y de buenas personas".
El de hoy ha sido un manifiesto más sentimental, embargado por las llamas que hoy encienden los corazones de la totalidad de los zamoranos y que también se siente entre los sayagueses. Una triste protesta marcada por el fuego a casi 80 kilómetros de distancia.
