Veintiuno, más los que no lo han podido contar, se reunían en Moraleja del Vino para celebrar una jornada de recuerdos de una quinta que dejó huella en Moraleja, y en el mundo, ya que aunque muchos viven en Zamora también hay algún quinto por esos mundos de Dios.
La quinta del chupete hacia del día una celebración por la vida y también por los que ya no están, aquellos compañeros y compañeras a los que dejaron un ramo de flores como señal de respeto y cariño.

55 años juntos muchas historias que contar y muchos momentos vividos, muchas alegrías y también penas, pero para eso están los quintos y los amigos para demostrar que el paso del tiempo deja una huella imborrable, la de la vida.
El recuerdo es lo que nos queda y la vida lo que hay que seguir disfrutando, larga vida a los del 69 a los que cumplen 55 a los que estudiaron para ser lo que son ahora personas maduras llenas de conocimientos y de buen hacer, a seguir la vida compañeros.