Uno de los momentos destacados del desfile fue cuando los personajes saltaron, embistieron y tropezaron con un conjunto de herramientas de labranza. La llegada a los alrededores de la Iglesia fue anunciada por un Birria y un Burro que descendieron del campanario, congregándose con el resto de los participantes bajo el cartel que declara este festejo como Bien de Interés Cultural (BIC).
Como es tradición en las mascaradas, el fuego purificador y ahuyentador de malos espíritus puso fin al desfile. Una barbacoa y una chocolatada fueron el premio para todos los participantes y visitantes de esta mascarada especial de invierno, integrada en el antruejo.
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