"Vivir en la vida personal, eclesial y social escuchando al Espíritu Santo" fue la respuesta de don Fernando a Maxi, el ya jubilado profesor del seminario menor que, en su pueblo de Zafara, preguntó al obispo por la inquietud que brota en el corazón de un hombre que ha dedicado su vida a formar intelectualmente a aquellos que en su adolescencia buscan su vocación: “¿qué hacer con cada vez menos sacerdotes?”.
Zafara, con su obispo, se sintió bendecida y animada con un nuevo impulso en una parroquia en la que como señaló su párroco, Juan José Carbajo, al obispo: “en mis dos años he bautizado aquí a cuatro niños y aún no he enterrado a nadie”, provocando la risa de los presentes.
Pero antes de parar en Zafara, el último destino, el obispo visitó Argañín y Tudera por la mañana; y Palazuelo junto con el ya mencionado Zafara por la tarde.
Momentos de encuentro donde afloran preocupaciones similares: patrimonio, despoblación, falta de sacerdotes,… Siempre la misma respuesta de don Fernando: “¡no es para desalentarse! Es para descubrir nuevos caminos”.
