"Fermoselle, la capital de los Arribes del Duero, es un precioso rincón de la provincia de Zamora, enclavado entre el Duero y el Tormes. Estos dos grandes ríos, las peñas y peñascos, las fallas y los despeñaderos conforman la belleza del paisaje arribeño que invita a la práctica del senderismo".
Con este arranque y las imágenes de Los Arribes y la situación privilegiada de la villa configuran un enclave privilegiado para la práctica del senderismo. Así lo vende el programa "80 cm" de RTVE y que se ha emitido este fin de semana en La 2, poniendo de nuevo a este conocido rincón zamorano en el mapa nacional y que se puede disfrutar a través del siguiente enlace.
"Si nos detenemos, se para la vida. Para caminar, hay que dar un primer paso y cada paso son 80 centímetros". El eslogan del programa invita a conocer paso por paso las maravillas de Fermoselle y sus rutas hasta el río Duero, concretamente a través de un camino circular por la zona de "el Fraile y la Monja", la ruta de las escaleras, la ermita de Santa Cruz y de nuevo vuelta a Fermoselle. Se trata de un recorrido de dificultad media de uno nueve kilómetros que se recorre en unas dos horas y media o tres horas.
El conocido vecino de la zona Agustín Borges, alias "el madrileño" es el encargado de mostrar al presentador los encantos de la zona junto a otras rutas locales tanto a lo largo de este río como del Tormes.
Casi 27 minutos en los que "80 centímetros" se pasea por vistas que dejan sin palabras y ante la que el presentador recurre a los poetas, en concreto a Gerardo Diego con su romance al Duero: "Y entre los santos de piedra/y los álamos de magia/pasas llevando en tus ondas/palabras de amor, palabras". Unos versos que son replicados con las coplas del fermosellano adicto al senderismo y que resuenan con fuerza en la parte más baja del sendero con el Duero.
La situación de la casa de carabineros como punto estratégico para el paso del contrabando (café, pana, naranjas, fuelles, zapatos incluso ganado y máquinas de coser) o los mensajes labrados en piedra de la ermita de la Santa Cruz (con una cruz mozárabe y una ventana visigoda), pasando por la riqueza de los olivos (destacando el nivel del aceite y de los productos locales) para sumergirse bajo tierra en las bodegas reforzadas con arcos de medio punto y que albergan los tesoros del vino.
"Aquí todo era viñedos hasta los años 80, cuando comenzaron a arrancarse buena parte". La variedad Juan García, la Puesta en Cruz y la Gajarroba son las más comunes en una tierra que llegó a albergar 1.840 bodegas, según el censo de 1902.
También el horror de los incendios forestales, a través del objetivo del fotógrafo Emilio Seco, que rememora el fuego que en agosto de 2017 arrasó buen parte del entorno. <<Tengo fotografías impresionantes, más de mil y pico fotos con chavalitos de catorce y dieciséis años, lo tengo en la retina, cómo llevan en una silla de ruedas a su abuelo, a su tío o a un señor durante más de un kilómetro y que te decían: "Seco, no hagas más fotos, ayuda". Y yo les tuve que decir: "No, voy a hacer mi trabajo, porque esto es lo que dura y perdura>>.
También de la mano de Antonio y Aurora que muestran la ruta de 12 kilómetros hasta llegar al Tormes y que atraviesa la cascada de La Escalá y los baños romanos.
