En la tranquila localidad zamorana de Villalobos, el Monasterio de la Asunción se define como un testimonio viviente de siglos de historia y fe. Fundado en 1324 por Don Fernando de Osorio y Doña Inés de la Cerda, quienes recibieron la dispensa papal para casarse a cambio de establecer el monasterio, su escritura de fundación data del 20 de septiembre de 1348. La construcción inicial fue adaptada por la peste negra para usar los palacios familiares del matrimonio en el pueblo.
A lo largo de los siglos, el monasterio enfrentó numerosos desafíos, desde la desamortización de 1868 hasta los daños estructurales en 1932 y 1942. Aunque la invasión francesa no tuvo un impacto grave, la desamortización obligó a las monjas a abandonar el convento, siendo recuperado gracias al apoyo local. En el siglo XX, el deterioro llevó a esfuerzos de restauración, con la ayuda de otras órdenes religiosas y la intervención de la Junta de Castilla y León.
Hoy, el monasterio está plenamente rehabilitado y alberga a una comunidad de monjas, muchas de ellas jubiladas del trabajo textil. La iglesia destaca por su luminosidad y elegancia, con un retablo presidido por la Inmaculada y sepulcros barrocos de los fundadores, Doña Inés y Don Fernando. La piedra caliza de los sepulcros requiere una constante labor de conservación debido a su susceptibilidad a la humedad.
El complejo conventual incluye un patio interior con jardines y figuras alegóricas, un campanario de piedra y ladrillo rojo, y un recibidor con un mosaico de Santa Clara. El antiguo taller de confección de las monjas, aunque ahora en silencio, sigue siendo un importante recordatorio de la dedicación y el trabajo que una vez animaron el convento. Este monasterio no solo es un refugio espiritual, sino un símbolo de la perseverancia y la tradición en Villalobos.