viernes. 29.03.2024
Parte del acto homenaje a doña Carolina
Parte del acto homenaje a doña Carolina

Historias próximas a Bermillo. Esas que se quedan adormecidas en las mentes de sus vecinos con el paso de los años pero que despiertan a golpe de visita guiada, gracias a la continua reinvención de una asociación que lucha porque su pueblo renazca día a día sin perder de vista sus orígenes. 

La de este martes fue una tarde marcada por el paseo por las principales arterias de Bermillo, también por los rincones más recónditos, todos ellos protagonistas de una historia común capaz de erigir a este municipio sayagués como un aut´ntico centro neurálgico del que ya hacía gala en el siglo XX al albergar una fábrica de gaseosas ("La Sayaguesa"), tres bazares, incluso un casino cuya vivienda -construida en 1905- sigue conservando en su piso superior el circuito abierto con al menos dos puertas en cada habitación, lo que permitía una salida (o huida) fácil en caso de necesidad. 

Esta y mil historias más han sido rememoradas por María Jesús, una de las integrantes de "La Mayuela" y que ha hecho gala de su experiencia sobre las tablas, en este caso haciendo de guía sin paraguas. Ni falta que hacía teniendo en cuenta que los cerca de 70 vecinos que acudieron a la ruta se han criado, en su mayoría, entre esas calles y plazas y cuyos recuerdos se abrían paso conforme se iban descubriendo el nombre de las múltiples salas de baile que albergó Bermillo (algunas con nombres tan sugerentes como "El dulce meneo"), la tradición farmacéutica que ya regenta la cuarta generación de la familia Blanco o el antiguo juzgado y cárcel, actualmente Casa de la Cultura Jesús Santiago Panero "Cuqui". 

En un guion perfectamente preparado, los vecinos de Bermillo rememoraron la tradición del bazar, cuya megafonía recitaba cada año las cartas de los niños del pueblo a los Reyes Magos o la ubicación del primer surtidor a manivela de gasolina. El recinto ferial, las zapaterías -famosas por su elaboración de calzado con suela de tocino o los balones de piel a 15 y 20 pesetas con los que los jóvenes disputaban los famosos partidos- o la historia de Paquito Farrabús eran sólo algunas de las decenas de historias que "La Mayuela" ha recuperado, demostrando una vez más la importancia del discurso oral para mantener el recuerdo de un municipio con mucha historia, pero también con letra pequeña. 

Fotografía familiar con la señora Carolina

La misma letra que escribían día a día sus vecinos, los encargados de dar vida a un Bermillo orgulloso de sus gentes. Unas gentes que han querido rendir tributo a la memoria de que fue una de las figuras claves durante buena parte del siglo XX: doña Carolina. La que fue la matrona de Bermillo -y que asistió al alumbramiento de más de 300 niños sólo entre los años 30 a 70-, siempre con su toquilla negra y sus ademanes sencillos, ha sido la protagonista de una tarde de recuerdo.

Un broche de oro en la casa de aquella mujer que asistió a las necesidades de las parturientas en un momento en el que escaseaba el agua corriente, la luz y las medicinas y hasta bien entrados los 80 años, doña Carolina se convirtió en la segunda madre de buena parte de los niños engendrados y criados en la zona, y más en concreto en el humilde barrio de Los Torales. 

El homenaje a la señora Carolina, fallecida en 1982, ha permitido dar voz a familiares y vecinos que, dos décadas después, no olvidan a aquella mujer cuya sabiduría popular, carisma y entrega a los niños, esos que aún recuerdan cómo les dio su primer trago de café o una rosquilla como "premio" a su visita. La misma que asistía sin falta días después a todos los bautizos de los bebés cuyas cabezas tuvo el privilegio de tocar por primera vez y a la que hoy se ha recordado como merecía. Con la sencillez y cercanía de los suyos. Placa en recuerdo a la señora Carolina

Bermillo rememora las hazañas del siglo XX con honores a la señora Carolina