Las mujeres de Fermoselle no se cansan de dar color a la villa medieval. Tras vestir a su adorada cabina pública para salvarla de la extinción y decorar uno de los bancos de la zona, ahora sus labores de costura durante el invierno adornan varias calles del municipio sayagués.
Ayer, varios jóvenes ayudaron a estas mujeres a colocar los adornos de ganchillo que han elaborado a lo largo del largo invierno. Gracias a ellas, los turistas tienen un aliciente más para acudir a esta localidad de Sayago, considerada como una de los más bonitas de España.
Fermoselle luce bonito gracias al empeño de estas mujeres, unidas para impulsar la imagen de su pueblo como frontera con la vecina Portugal y enclave privilegiado en Los Arribes del Duero.