Con un solo vistazo al mural se conoce la historia y patrimonio histórico de este pueblo de Tierra Campos. No hacen faltan muchas pistas. En una parte del lienzo destaca imponente la joya arquitectónica más preciada del municipio: el monasterio cisterciense de Santa María de Moreruela. De otra, la vista del Puente de Quintos. La localidad es Granja de Moreruela y los promotores de la iniciativa los dueños de la Casa Rural "Tío Quico". Los artistas, la propietaria del establecimiento turístico, y el matrimonio formado por Isabel Villarino y Miguel Ángel del Estal.
La idea de crear un mural le rondaba por la cabeza desde hace años a los dueños de "Tío Quico", Marisol y Zenón, pero por diferentes circunstancias dejaron el proyecto aparcado. Hasta este año. "Prepararon" las paredes que cercan la nave donde guardan los aperos y se pusieron en contacto con la artista local, Isabel Villarino. El 15 de octubre de este año, un sábado, comenzaron a plasmar en el muro las avutardas, la más grande de entre las aves ibéricas esteparias, inconfundibles por su plumaje marrón y blanco con el cuello y cabeza gris y que conforman, junto a las aves acuáticas, la principal riqueza faunística de las Lagunas de Villafáfila y de los pueblos del entorno.
En el mural también se han "colado" la perdiz y los palomares, ese patrimonio olvidado de la comarca que hoy podría convertirse en un atractivo turístico y un recurso económico en la Zamora vaciada, pero que antaño sirvieron de sustento a muchas familias. ¡Hasta "El Quijote" habla de los "palominos"!, las aves criadas en los palomares que cruzaban Castilla-La Mancha para alimentar a los hogares.
No podían faltar tampoco la encina, el ciervo y el lobo, señas de identidad de una tierra de cazadores, agricultores y ganaderos, con la figura del pastor cuidando su rebaño de ovejas. Las siluetas forman parte de un espacio artístico que preside el monasterio cisterciense de Granja de Moreruela, asentado a tres kilómetros de la localidad, y la espectacular vista del Puente Quintos, con su ermita, en la que cada 25 de abril se celebra la romería de La Pedrera en honor a la Virgen de los Montes Negros, y el pendón, que solo logran levantar los jóvenes más "fuertes".
El peregrino es otra de las estampas que destacan en este mural. Su silueta en negro recuerda a los espectadores que Granja de Moreruela es un enclave importante dentro de la Vía de la Plata, pues es en este municipio donde los peregrinos deben decidir si continuar por el Camino Mozárabe, atravesando la comarca de Sanabria, o el Camino Francés, hacia Astorga. Y el peregrinaje hacia Santiago de Compostela es también un recurso económico para la localidad, que ofrece albergue para los caminantes.
El mural también rinde homenaje a la agricultura en una población que vive del sector primario. "Hemos plasmado el tractor azul que siempre conducía mi suegro Jesús", explica Marisol Rodríguez. Fue el primero que se vio en la localidad terracampina y aún se mantiene "intacto" en la nave, junto con su remolque, que en el mural aparece repleto de mujeres, entre ellas las hijas del conductor, de camino precisamente a la romería de La Pedrera.
Aún falta por completar otra pared con las labores del campo de tiempos pasados cuando aún se segaba y trillaba "a mano". "Por ahí van los tiros", comenta la dueña de la Casa Rural "Tío Quico", que se "guarda" algunos detalles para sorprender a vecinos y visitantes. Los "rumores" hablan de que el lienzo podría recoger una de las tradiciones que han desaparecido en casi todos los pueblos: las charlas del fresco, que una localidad de Cádiz quiere convertir en patrimonio de la humanidad.
Cuenta Isabel Villarino que han trabajado en la pared más de dos horas diarias, en tardes con los dedos "entumecidos" por el frío. "Pero se enganchan y no paran", matiza Miguel Ángel del Estal. "Mientras yo respiro, Bibi hace un árbol", agrega Marisol Rodríguez entre risas. De "modelo", utilizan fotografías y un proyector como medida para no tener que "cuadricular" la fachada. "Cuando estamos allí por la noche parece que estamos rodando una película", dicen, un "rodaje" al que, en ocasiones, acude público, entre ellos algunos peregrinos de paso por el vecindario.
La lluvia y unos días cortos propios de la estación invernal retrasarán el final de este "rodaje", pero los tres "artistas" que "pintan" Granja de Moreruela esperan que antes de su conclusión la idea cunda y que más vecinos del pueblo coloreen sus fachadas o paredes. Sería otro atractivo turístico para una población que tiene como "insignia" turística el monasterio de Santa María de Moreruela.