sábado. 20.04.2024
Fotografía de archivo de una iniciativa para impulsar el arte del ganchillo en la provincia
Encuentro "Videmala teje por la España vaciada"

La llamada de Videmala surtió efecto. Ni el calor ni las restricciones por el virus ahuyentaron a vecinos de toda la provincia que, aguja en mano, se pusieron a tejer con el objetivo de unir los grannys que han ido elaborando en las últimas semanas. Cientos y cientos de cuadraditos de ganchillo cubrían las mesas dispuestas en dos largas filas a lo largo de toda la plaza. En total 708 grannys que, colgados sobre la pared de la iglesia, quedará para la posterioridad no sólo como una muestra del potencial de este arte, sino como un grito por potenciar la vida en unos pueblos que languidecen sin remedio. 

La idea de Lorena Bartolomé y Noelia Fraile -que contó con el inmediato apoyo de la Asociación Cultural del municipio- fue rápidamente contestada por decenas de guímaros y guímaras que, durante los fines de semana, iban depositando en el bar del pueblo los grannys en un conteo que iba superando las previsiones marcadas desde el inicio. Del “tejiendo por Videmala”, el proyecto se extendió y optó por enarbolar una causa mayor en un clamor por la España vaciada y la recuperación de las tradiciones.

Encuentro

La de ayer fue una tarde de encuentros y que contó con la participación de asociaciones y particulares de toda la provincia, desde las Águedas de San José Obrero y la asociación etnográfica “La Arracada” pasando por las tejedoras del taller de Carbajales de Alba, Arcenillas y Casaseca, entre otras. A ellas se unieron también vecinas, por ejemplo, de Pereruela, como el caso de María Jesús. Otras asociaciones, como las de Valdeperdices y Valcabado, no estuvieron presenten en el encuentro de tejedoras pero sí contribuyeron a la causa aportando decenas de cuadros de 15x15 centímetros para terminar de decorar la inmensa bandera multicolor contra la despoblación.

Videmala tejió por la España vaciada, pero también por la recuperación de tradiciones como este arte que antaño tanto se practicaba a la puerta de las casas y que ha dejado en muchos imágenes que perdurarán en el recuerdo y que ahora pretenden recuperar. Las más avezadas con la aguja han sido las encargadas también de iniciar a quienes aún no se habían lanzado a conocer los entresijos del mundo del ganchillo. Así, la mesa de las integrantes de “La Arracada” se convirtió en un auténtico taller para principiantes a las órdenes de Conchi. “La idea es enseñar que el ganchillo no es sólo de gente mayor”.

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La bandera de ganchillo ha sido la obra maestra de un arte que va mucho más allá de los cuadrados. Desde los bolsos que muestra Arancha, de “La Arracada” pasando por la variedad de “amigurumis” -pequeños muñecos mediante técnicas de croché o ganchillo- de Noelia, el ganchillo mostró ayer todo su potencial, también el de unión vecinal.

Entre las mesas destacaba también el bordado carbajalino de las tejedoras del taller que, mano a mano, avanzaban sobre un tapiz en el que mostraban el verdadero bordado de la zona de Alba, auténtico referente del folklore de nuestra provincia.

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El ganchillo también se vio representado por las integrantes de las Águedas de San José Obrero que pusieron el alma y la vida en un proyecto en el que dejaron más de 400 cuadrados, constituyendo el grupo más numeroso del encuentro. Un encuentro que completaba el pequeño mercadillo –esta vez custodiado por los guímaros más jóvenes y custodiado por Claudia, la hija de Noelia- con llaveros artesanales y la venta de camisetas de la asociación que ya contempla seriamente la posibilidad de realizar una segunda edición.

En un discurso de lo más emotivo, la presidenta de la Asociación Cultural de Videmala, Dominga López, explicó que esta iniciativa, “que surgió por amor al pueblo” por parte de una generación que, pese a tener que buscarse la vida fuera del pueblo, nunca han dejado “de estar en Videmala y de luchar por él”, un pensamiento que se enorgullecen de que se mantenga en las nuevas generaciones. Dominga también alzaba la voz en el potencial del pueblo en estos tiempos de cambios, y aprovechó la presencia de las autoridades –entre ellas María Teresa Gago, procuradora en las Cortes de CyL y natural del municipio alistano-  para solicitar más medios para fomentar el teletrabajo en el medio rural. “Es verdad que hay otra forma de vivir, pero no lo hemos explotado lo suficiente. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es que mucha gente se vuelve a los pueblos en busca de una nueva forma de vida”.

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700 grannys contra la despoblación