Opinión

Los sueños, sueños son

El mismo fin de semana que el FS Zamora se ha salvado, quizá lejos de lo que muchos pensaban que se podía llegar esta temporada, pero en un sexto puesto que contenta mucho a los de Juanito, y que el CD Samura ha ascendido a Segunda División, algo que no por esperado ha dejado de ser deseado, el Balonmano Zamora y el Zamora CF recibieron una bofetada de realidad, una derrota que hacía mucho que no sufrían y que ha reabajado el optimismo que existía en sus hinchadas.

Toca hablar de lo que pudo ser y no fue, quizá de lo que no será. Porque el cuento de hadas del MMT Seguros, el del Zamora CF, dos equipos llamados a salvarse, dos conjuntos que se han hecho familias y han conseguido desafiar a los mejores, parecía perfecto hasta este fin de semana.

Pero llegó el golpe de realidad, porque no siempre se puede rayar la excelencia, porque no siempre se puede ser mejor que el rival, porque no siempre salen las cosas. Los dos equipos lo hicieron, eso sí, siendo valientes, apostando por lo que les ha llevado tan lejos, y dejándose el alma en el terreno de juego.

Lo bueno, en ambos casos, es que el golpe de realidad viene cuando el objetivo de la temporada está más que cumplido, cuando la permanencia, esa que durante el periodo navideño parecía que iba a ser complicada aunque posible, es algo tan lejano en la tabla que una derrota como la de estos días lo único quehace es alejar a ambos equipos de un sueño.

Un sueño que, por cierto, en el caso de ambos equipos es un sueño superior a otro sueño que parecen tener bastante más cerca. Especialmente el Balonmano zamora, quien ya roza el play-off de ascenso pero que, hasta este sábado, parecía poder llegar a Asobal por la puerta grande. La derrota, frente a un gran equipo como Antequera, sólo será un paso atrás para coger impulso para el final liguero y el más que probable play-off.

Los rojiblancos han tenido la "fortuna" de que de los otros siete clubes que se juegan tres plazas de play-off con ellos, únicamente el Real Avilés ha sido capaz de vencer, por lo que los zamoranos siguen con opciones de soñar, o al menos, seguir luchando por la Copa del Rey.

La derrota de los dos equipos les ha permitido ver que lo que ambos vivían no era un sueño, era la pura realidad, una realidad forjada con mucho trabajo y esfuerzo. Y a veces, después de ese trabajo, la vida es sueño. Y los sueños, sueños son.

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