Un zamorano de 27 años ha logrado cancelar todas sus deudas personales tras acumular siete microcréditos que contrajo en menos de un año. La resolución del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Zamora le permite empezar de nuevo, libre de cargas financieras, gracias a la aplicación de la Ley de Segunda Oportunidad.
Todo comenzó con una avería en su coche, una herramienta imprescindible para su trabajo. Sin ahorros suficientes y sin acceso a financiación bancaria tradicional, recurrió a un primer crédito rápido. En pocos meses, y atrapado por el vencimiento de las cuotas, solicitó otros préstamos similares hasta sumar siete microcréditos. En paralelo, desarrolló una conducta adictiva al juego, tratando de conseguir dinero rápido para salir del agujero.
La espiral de endeudamiento fue en aumento. Incapaz de afrontar los pagos ni de refinanciar la deuda, acudió a la Asociación Ayuda al Endeudamiento, una entidad sin ánimo de lucro especializada en asistencia jurídica a personas sobreendeudadas. El caso se tramitó como concurso sin masa, al no disponer el joven de bienes embargables ni ingresos más allá del mínimo legal.
El juez ha reconocido que el deudor actuó de buena fe, colaboró durante todo el procedimiento, no ocultó patrimonio y no tenía antecedentes penales por delitos económicos. Por ello, ha concedido la exoneración total del pasivo insatisfecho, cancelando por completo sus deudas.
Desde la asociación, alertan del creciente número de jóvenes atrapados entre préstamos rápidos, consumo impulsivo y soluciones desesperadas como el juego. “Muchos piensan que la Ley de Segunda Oportunidad solo sirve para empresarios arruinados, pero cada vez recibimos más casos de personas jóvenes atrapadas por productos financieros agresivos y dinámicas tóxicas”, afirma el abogado del joven.