Zamora se une al homenaje a David Lafoz: “Que ser valiente no salga tan caro”
Mil kilómetros, 18 horas de viaje, un motivo que trasciende el cansancio y el asfalto: el recuerdo imborrable de David Lafoz. Este domingo, un pedazo muy grande de Zamora se ha trasladado hasta Zaragoza para unirse al homenaje multitudinario que ha reunido a agricultores y ganaderos de toda España en honor al joven agricultor de Belchite, fallecido la pasada semana en su pueblo natal.
La frase que presidía el altar lo decía todo: “Que ser valiente y generoso no salga tan caro. David, tu legado será eterno.”
Con estas palabras, grabadas en una pancarta frente al Palacio de la Aljafería, cientos de personas se concentraron en un acto cargado de emoción, respeto y unión. Allí, las lágrimas fluyeron, la rabia se contuvo —por ahora—, y el recuerdo fue el único protagonista.
El acto, organizado por la Asociación de Agricultores y Ganaderos Independientes (AEGA), contó con el apoyo de decenas de colectivos agrarios y ciudadanos de toda España. Desde Zamora, la asociación Agrygalza no dudó en recorrer mil kilómetros para estar presente, demostrando que el compañerismo y la solidaridad del campo no entienden de distancias.
El homenaje comenzó con un solemne toque de trompeta. A continuación, se guardó un minuto de silencio seguido de un responso religioso. Aunque la familia de David, visiblemente emocionada, prefirió no tomar la palabra, representantes de asociaciones de varias provincias intervinieron para recordar su figura: un joven comprometido, valiente, siempre al frente, como aquel día en el que llegó con su tractor al puente de La Aljafería.
Allí mismo se realizó una ofrenda floral, acompañada de un largo y emotivo aplauso del público asistente. Y entonces, de forma espontánea, surgió un grito colectivo, como si se tratara de una sola voz: “¡Ese tractor era de todos!”
David Lafoz se ha convertido, sin pretenderlo, en símbolo de una lucha que va más allá del campo. Su recuerdo sigue cultivando unidad, su ejemplo siembra conciencia. Zaragoza ha sido testigo de un homenaje sencillo pero profundo, hecho con la misma honestidad con la que él vivía su día a día.
Porque cuando la causa lo merece, mil kilómetros no pesan. Solo unen. Los agricultores y ganaderos lo han vuelto a demostrar, son uno.