Ni el calor ni el calendario vacacional han frenado este martes el bullicio del mercadillo más emblemático de Zamora. Con la fresca de la mañana como aliada, cientos de zamoranos y visitantes se han dado cita desde primera hora en busca de las mejores ofertas, en una de las jornadas más animadas y concurridas del verano.
Desde zapatillas por apenas un euro hasta bañadores, camisetas, toallas de playa y pantalones cortos, los puestos venidos de toda Castilla y León han ofrecido lo mejor de su mercancía. Las camisetas de fútbol, cómo no, han vuelto a ser el reclamo estrella entre pequeños y mayores, muchas de ellas con nombres de leyenda y otras con precios irresistibles.
La afluencia ha sido notable y el ambiente, inmejorable. Los vendedores, que conocen el pulso de esta plaza como nadie, no han parado de atender a clientes hasta bien entrado el mediodía, cuando el sol ha comenzado a apretar. Aun así, toldos improvisados, abanicos y botellas de agua han permitido que el mercadillo siguiera funcionando con normalidad.
Este mercadillo se ha convertido en una tradición de cada martes, al igual que lo son los de los lunes en el Puente de Sanabria, los sábados en Tábara y Toro, o los jueves en Benavente. En todos ellos, el comercio ambulante sigue demostrando que tiene vida, encanto y un lugar imprescindible en el verano zamorano.





