En Zamora, como en el resto de España, la tradición de comer 12 uvas al son de las campanadas de Nochevieja sigue siendo un clásico. Sin embargo, cada vez más personas buscan alternativas por diversos motivos. Algunos, por ejemplo, prefieren no comer uvas porque no han terminado de cenar y optan por algo más ligero, como aceitunas, para acompañar la entrada al nuevo año. Es una opción que, además, permite disfrutar de la fiesta sin sentirse demasiado lleno.
Por otro lado, los amantes de lo dulce se decantan por otras opciones como turrones, chocolatinas o chuches. Estas alternativas permiten seguir con la tradición del dulce, pero de una forma diferente y más acorde con los gustos personales. Las chocolatinas, los bombones o incluso caramelos de sabores variados pueden ser una buena manera de darle un toque más goloso a la Nochevieja, sin perder la esencia festiva.
Además, hay quienes prefieren no tomar nada al llegar la medianoche, ya que todavía no han acabado de comer la cena. Para ellos, la opción de no ingerir nada durante las campanadas puede ser la mejor elección, permitiéndoles disfrutar de la velada sin sentirse incómodos. En estos casos, lo importante es celebrar de la manera más cómoda y agradable, sin presión por seguir una tradición al pie de la letra.
En cuanto a los más pequeños, las uvas pueden suponer un peligro por su tamaño y textura. Es preferible optar por uvas grandes, sin piel y cortadas en trozos pequeños para que sean más fáciles de comer y más seguras. También se pueden sustituir por frutas más blandas o incluso por chuches, siempre con moderación.
