El puente de la Constitución y la Inmaculada fue el más largo desde 2016, pero también uno de los más flojos, al menos en términos de ocupación hotelera. Y es que la ocupación en el conjunto de la semana pasada (del 5 al 11 de diciembre) apenas se situó entre el 60 y 65% en el conjunto de alojamientos adheridos a la Asociación Zamorana de Empresarios Hosteleros (AZEHOS).
Su presidente, Óscar Somoza, asegura que si bien ha habido días de ocupación prácticamente completa coincidiendo con los festivos nacionales, "la semana ha bajado la media del conjunto". La iluminación en Zamora, Benavente y Puebla de Sanabria atrae a un número considerable de visitantes y sus calles lo han notado, si bien muchos optan por desplazarse en el día y no pernoctar en el punto de destino. Ese continuo trasiego de coches vienen en su mayoría para no quedarse.
Unos números que distan mucho del 75% de Toledo, del 80% registrado en zonas de Andalucía y más aún del 85% de Canarias y de Vigo como la estrella que con su iluminación apoteósica ha superado el 90% de reservas hoteleras durante los diez días de puente.
Hoteles de la capital zamorana confirman los datos de AZEHOS. Desde el AC Zamora hablan del "peor puente de diciembre en 20 años". Las cancelaciones de última hora por el mal tiempo han terminado por rematar unas ya de por si malas previsiones que sitúan la ocupación en el 60% de media en otros como el NH Palacio del Duero, mientras días clave como los festivos y los fines de semana se ha logrado llenar.
La excepción es la restauración. A los reencuentros de familiares y amigos se unen las ya de por si populares comidas y cenas de empresa. "Sólo está funcionando de una forma más o menos optimista el sector de la restauración", si bien AZEHOS asegura que la mayor afluencia se nota en aquellos puntos con tejido empresarial como Zamora o Benavente. "Donde no hay empresas las reservas escasean".
La inflación parece que pesa a las puertas de la Navidad con los españoles y zamoranos dispuestos a ahorrar al máximo para afrontar la próxima campaña de gastos en los que las fiestas enlazan con las rebajas y dibujan un aún más negro mes de enero.
Un encarecimiento que también afecta directamente al sector terciario. "La subida de los costes energéticos y de materias primas están produciendo una merma en los beneficios de muchas empresas que ya habían ajustado los precios en noviembre" y que de nuevo se ven 'ahogadas' por continuas subidas.