En Zamora, la asociación En Bici Sin Edad ha puesto en marcha una iniciativa tan sencilla como transformadora, ofrecer paseos en triciclos adaptados a personas que ya no pueden desplazarse por sí mismas. Una propuesta que une movilidad sostenible, bienestar y vínculos humanos, bajo un lema tan inspirador como universal: “el derecho a sentir el viento en la cara”.
Los paseos se realizan en triciclos eléctricos adaptados para dos pasajeros, conducidos por personas voluntarias que dedican su tiempo a acompañar a quienes más lo necesitan. Durante el recorrido, los usuarios disfrutan de un paseo tranquilo por su ciudad, respirando aire fresco, conversando y redescubriendo rincones familiares desde una nueva perspectiva.
Cada ruta se adapta a las necesidades y ritmo de cada persona, priorizando la seguridad, la calma y el disfrute del entorno. El objetivo no es solo moverse, sino recuperar la sensación de libertad y conexión con la comunidad, algo que muchas personas mayores o con movilidad reducida habían perdido.
Desde la asociación explican que su labor se centra en fomentar el envejecimiento activo, la empatía y las relaciones intergeneracionales, además de combatir la soledad no deseada. Todo ello, con un servicio gratuito y accesible, impulsado por un equipo de voluntarios comprometidos con una ciudad más amable y sostenible.
El movimiento nació en Copenhague en 2013 y hoy se ha extendido a más de 50 países. En Zamora, un grupo de voluntarios decidió sumarse convencido de que la bicicleta puede cambiar el mundo, empezando por una sonrisa.
